
La boda del duque de Arjona y Bárbara Mirjan, celebrada el 4 de octubre en Sevilla, se convirtió, sin exagerar, en uno de los acontecimientos sociales más comentados de los últimos meses. Todas las miradas se centraron en la iglesia de los Gitanos, donde se reunió lo más selecto de la aristocracia española. El novio, Cayetano Martínez de Irujo, lucía impecable con el tradicional uniforme de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, mientras que su prometida deslumbró con un vestido clásico de Navascués. Los invitados también mostraron sus mejores galas, convirtiendo el evento en un auténtico desfile de elegancia. Sin embargo, en medio de tanto esplendor, los observadores atentos notaron la ausencia de dos figuras clave: el sobrino del novio, Carlos Fitz-James Stuart, y su esposa Belén Corsini.
La ausencia de los condes de Osorno dio lugar a múltiples especulaciones, pues faltar a un evento familiar de tal importancia no es una decisión sencilla. Sin embargo, la explicación resultó bastante prosaica, aunque no exenta de cierto interés. Como se supo, la pareja tenía un compromiso propio, no menos importante, programado mucho antes de esta fecha. Se encontraban en Cantabria, a más de 750 kilómetros de la celebración sevillana, asistiendo a la boda de un amigo cercano de Carlos. El conde de Osorno ejercía de testigo de honor en esa ceremonia, lo que hacía su presencia prácticamente imprescindible.
La boda en la localidad cántabra de Comillas reunió también a numerosas personalidades conocidas. Entre los asistentes se encontraban la presentadora Lucía Villalón, la estilista Cristina Reyes y Laura Corsini, prima de Belén. La ceremonia tuvo lugar en la iglesia de San Martín de Cigüenza y el banquete se celebró en una pintoresca finca. La velada fue amenizada por la actuación de la cantante Sofía Ellar. Así, los condes de Osorno optaron por el compromiso amistoso, prefiriéndolo al encuentro familiar en Andalucía.
Cabe señalar que las relaciones dentro de la famosa familia Alba no siempre han sido fluidas. Anteriormente se informó sobre ciertas tensiones entre el tío y el sobrino. Aunque ahora se considera que las diferencias han quedado en el pasado, este episodio ha dado que pensar. Se sabe que Carlos notificó con antelación a sus familiares sobre su ausencia, enviando una carta al Palacio de Liria. En ella alegó varias razones, incluyendo compromisos profesionales relacionados con el 20º aniversario de su editorial Atalanta. Este gesto puede interpretarse como un intento de mantener las formalidades y evitar malentendidos.
Llama la atención que, justo en la víspera de la boda del duque de Arjona, la familia sí se reunió por otra alegre ocasión. Los condes de Osorno y los duques de Huescar celebraron juntos el bautizo de sus hijos, Fernando y Fadrique. La ceremonia tuvo lugar en la capilla privada del Palacio de Liria, en un círculo muy íntimo, lo que subraya el deseo de la familia de compartir sus momentos más reservados lejos de las miradas ajenas. Este hecho añade aún más matices a la ausencia en la boda, mostrando la compleja dinámica que existe dentro de una de las familias más nobles de España.






