Сегодня, 11 сентября, отмечается ежегодный праздник — Национальный день Каталонии — Diada. Он проводится в память об окончании осады Барселоны, ставшей последним сражением в войне за испанское наследство, которая привела к ликвидации каталонской автономии.
Численность участников праздничной манифестации 2021 года рекордно низкая, 108 тысяч человек. Для сравнения: в 2019 году было на полмиллиона больше (la Diada: 108.000 personas, según la Guardia Urbana de Barcelona, medio millón menos que en 2019.)
Делегация из руководящего состава футбольного клуба, игроков и болельщиков возложила цветы к памятнику Рафаэлю Касанове, который руководил обороной города. Колонну возглавлял президент сине-гранатовых Жоан Лапорта. В праздновании также принимал участие фланговый защитник «Барселоны» Жорди Альба.
По итогам трёх туров испанской Примеры «Барселона» набрала 7 очков и располагается на 4-м месте. Сегодня должен был состояться матч «Севилья» — «Барселона», однако он был перенесён по решению Высшего совета Испании по спорту (CSD) из-за отборочных матчей ЧМ-2022 в Южной Америке.
La cifra oficial de manifestantes es la menor de las marchas de la Diada: 108.000 personas, según la Guardia Urbana de Barcelona, medio millón menos que en 2019. La asistencia ha disminuido y mucho respecto a las masivas protestas de la pasada década, pero el independentismo ha vuelto a demostrar este sábado su capacidad de movilización, que ha sorprendido incluso a la ANC.
Eran menos, pero ruidosos y dispuestos a trasladar su descontento con la clase política independentista. El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha sido recibido con pitos y gritos de «independencia». Aragonès ha acudido a la marcha junto a una nutrida representación de ERC, encabezada por el líder del partido, Oriol Junqueras. Más aplausos ha recibido la representación de Junts.
Los discursos de la líder de la ANC, Elisenda Paluzie, y el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart –en una Diada especial porque es la primera en la que participa desde 2017– han incluido varios dardos a Junts y a ERC. La más dura ha sido Paluzie. «El derecho a la autodeterminación no se mendiga ni se pide al estado opresor, se ejerce», ha proclamado, para a renglón seguido emular el «president, ponga las urnas» de su antecesora, Carme Forcadell, previo a la consulta del 9-N. «President, haga la independencia», ha lanzado Paluzie a Aragonès siete años después.
A diferencia del año 2014, el independentismo no tiene ahora ninguna fecha marcada en el calendario: no hay consultas como las del 9-N o el 1-O, ni tampoco una promesa de lograr la independencia en 18 meses. Al margen de la mesa de diálogo, por la que solo apuesta ERC (Junts y la CUP se muestran escépticos cuando no se oponen a la negociación), los partidos han acordado «un embate democrático» que nadie sabe muy bien qué significa. La denuncia de la represión del Estado, protagonista desde el encarcelamiento de los líderes, ha perdido fuelle con el indulto a los condenados por sedición.
Si en años anteriores el 11 de septiembre era una jornada de tregua, este año ERC y Junts no han evitado exponer en público sus discrepancias. Al igual que ha hecho por la mañana el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha declarado su «escepticismo» respecto a la mesa de diálogo, además de acusar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de «boicotear» la negociación. En cambio la secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, ha pedido «trasladar la fortaleza» de la marcha a la mesa de diálogo.