Украинцы, которые пытаются получить убежище в Испании, уклоняясь от призыва на военную службу, получают отказ. Об этом пишет газета El Mundo.
Министерство внутренних дел Испании отклоняет почти все такие запросы, утверждает издание. В качестве примера приводится история 39-летнего гражданина Украины, который пытался получить убежище в Испании. Он трижды обращался в соответствующие инстанции, заявляя что «его друзья погибли на войне». Но получил отказ.
«Он заявляет о риске для своей жизни, отказываясь от принудительного призыва в армию, поскольку знает, что многие люди, которые были призваны, не вернулись живыми», — говорится в отказном заявлении.
Власти Испании напоминают, что «если военная служба является обязательной в стране происхождения заявителя, он не может требовать, чтобы нарушались законы его страны».
El ciudadano ucraniano, de 39 años, pidió refugio junto a su pareja alegando que había recibido tres citaciones de la oficina de reclutamiento «y que amigos suyos han fallecido en la guerra». «Alega el riesgo que corre su vida al negarse al reclutamiento militar forzoso, ya que tiene conocimiento de que muchas personas que se incorporaban no regresaban vivas», se lee en otro de los expedientes resueltos denegando protección.
Tanto Interior como la Audiencia Nacional rechazan que el reclutamiento forzoso que durante un tiempo se impuso en Ucrania -ya se ha desactivado- sea por sí mismo motivo para la concesión de asilo o protección. «Si en el país de origen del solicitante el servicio militar es obligatorio, no puede pretender que este tribunal favorezca el incumplimiento de ese deber cívico», señalan las resoluciones judiciales repitiendo un argumento del Tribunal Supremo.
Las sentencias añaden que tampoco se ha demostrado que la deserción o negativa a incorporarse al ejército ucraniano «implique un trato degradante o inhumano de tal entidad que pueda justificar una reconsideración de la cuestión». Por el contrario, se esgrimen informes que indican que las condenas reales son escasas y las eventuales penas no desproporcionadas.
Otra resolución dictada el pasado diciembre rechazó la petición de una enfermera que también «tenía temor a ser reclutada por su profesión de enfermera».