В Испании из-за коллапса и перекосов в системе государственного здравоохранения удается помочь менее, чем половине детей до шести лет, нуждающихся в своевременной ранней медицинской помощи. Это прооисходит из-за длинных списков ожидания. Об этом 12 февраля сообщает Испанская телевизионная и радиовещательная корпорация (RTVE).
По данным Федерации ассоциаций специалистов ранней помощи (GAT) Испании, 10% детей до шести лет (не считая детей-инвалидов) нуждаются в каком-либо виде медицинского вмешательства по причине проблем с развитием нервной системы (con problemas de neurodesarrollo). И только 4% из них удается дождаться гарантированной государством врачебной помощи. По словам президента Федерации, детского невролога Хосе Луиса Пенья, в системе ранней помощи детям не может быть списков ожидания, поскольку в термине «ранняя помощь» определяющее слово «ранняя».
Издание приводит пример Адриану, которая в два года и четыре месяца плохо спала и не говорила. Врач поставил Адриане нарушение аутистического спектра. Визита к врачу и постановки диагноза семье Адриане пришлось ждать пять месяцев, а затем имя девочки пополнило список ожидания вместе с другими 1,5 тыс. детей, живущими в Мадридском регионе и нуждающимися в программе раннего лечения.
При этом в разных регионах ситуация разная. Если в Каталонии необходимое лечение получают все нуждающиеся в нем дети, то в Валенсии, Мадридском регионе или Стране Басков этот процент не достигает 20%.
Solo 4 de cada 10 niños con problemas de neurodesarrollo reciben tratamiento
Profesionales y familias denuncian la desigualdad entre las CC.AA., listas de esperas y falta de plazas públicas
Con dos años y cuatro meses, Adriana no hablaba y tenía problemas con el sueño. “Pensábamos que iba con más retraso y ya”, recuerda su madre, Alicia. Fue entonces cuando el neurólogo diagnosticó trastorno del espectro autista (TEA) a Adriana y aconsejó a Alicia: “Solicita ya tu cita de atención temprana de la Comunidad de Madrid porque tienen mucha lista de espera”.
Atención temprana es el nombre que engloba al conjunto de intervenciones destinadas a alteraciones del desarrollo en niños entre 0 y 6 años. Es la respuesta a una señal de alerta previamente detectada por el sistema sanitario, educativo o las propias familias, y suele traducirse en dos o tres sesiones semanales de fisioterapia, psicomotricidad, logopedia, psicoterapia o estimulación en centros especializados.
La palabra clave es ‘temprana’: la plasticidad del cerebro hasta los 6 años implica que cuanto antes se actúe sobre cualquier alteración del lenguaje, la movilidad o de interacción social, hay más probabilidad de conseguir progresos. La atención temprana es una carrera que determina el futuro de los menores.
Alicia solicitó en verano de 2019 la cita para valorar a Adriana y tardó tres meses en ser convocada. Tras la valoración –una redundancia burocrática, porque ya estaba valorada por su neurólogo-, otros dos meses de espera hasta conocer el dictamen. Al fin, la Comunidad de Madrid reconocía su necesidad de estimulación, psicomotricidad y logopedia, pero Adriana quedaba a la espera de que le asignasen la plaza en un centro público. Más de año y medio después, a punto de cumplir cuatro años, sigue esperando en ese limbo junto a otros 1.511 niños de la región cuyas necesidades de atención temprana están reconocidas pero no cumplidas.
“En atención temprana no puede existir lista de espera”, reclama José Luis Peña, neuropediatra y presidente de la Federación Española de Asociaciones de Profesionales de Atención Temprana (GAT). “Un niño de tres meses no puede esperar un año para entrar en el programa con 15 meses, porque mientras ocurren un montón de cosas en el neurodesarrollo del niño, pero también en la familia”.
¿Cuántos niños de 0 a 6 necesitan atención temprana? Según la literatura médica, un 10% de los niños entre 0 y 6 años necesitan algún tipo de intervención. “Son niños que presentan dificultades, más allá del 3% con discapacidad. Niños y familias con condición diagnóstica con alta probabilidad de derivar en trastornos de desarrollo, niños con demora en su condición madurativa, o que conviven en situaciones de exclusión social y estrés”, enumera Peña.
Según los datos expuestos esta semana por el GAT, en España se atiende solo al 4%, lo que señalan como un claro fracaso en el deseable objetivo de la universalidad. “Hay miles de niños perdidos entre las cifras”, resume Óscar Hernández, portavoz de la Plataforma por la Atención Temprana que reúne a las familias afectadas por la carencia de plazas públicas y agotadoras listas de espera, y que persigue visibilizar el problema y «la consecución de una atención al desarrollo universal, pública, gratuita y de calidad».
La brecha autonómica: de la atención universal de Cantabria o Cataluña a las carencias de Canarias
La atención temprana es una competencia autonómica que está especialmente invertebrada: no existe ley estatal (solo la reciente ‘ley Rhodes’, cuyo objeto no es la atención temprana, menciona la necesidad de su carácter universal) y en las 17 comunidades autónomas existe una disparidad enorme de plazas públicas, profesionales, organización jerárquica (suele depender de consejerías de servicios sociales y en algún caso de consejerías de sanidad) y, sobre todo, de menores atendidos.
“Hace falta una ley de mínimos a nivel estatal porque existen diferencias tremendas entre las CC.AA. y no debería ser así: hablamos de la parte más frágil de la sociedad, niños con problemas serios y sus familias”, expone el doctor Peña. “Debería ser universal, gratuita y ser un derecho subjetivo”.
La brecha es llamativa: Cataluña atiende al 100% de los niños con necesidades de atención temprana, mientras que Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid, Galicia o País Vasco no llegan al 20%, según los datos del GAT. Canarias no articuló una orden de atención temprana hasta 2019 y en 2020 ha abierto sus dos primeros centros, pero todavía están muy lejos de atender a los 9.000 niños que necesitan tratamiento en las islas.