Власти Испании ввели дополнительные требования для французских туристов. Официальный государственный вестник (BOE) публикует в субботу приказ, устанавливающий требование о проведении теста на коронавирус за 72 часа до прибытия в Испанию для пассажиров из Франции. Речь идёт уже не только об авиапассажирах, но и о тех, кто добирается по суше: на поезде или автомобиле.
В виде исключения тест могут не сдавать профессиональные водители, чья работа связана с пересечением французской-испанской границы. А также те, кто работает в Испании в радиусе 30 км от своего места проживания.
Этот приказ вступит в силу в течение трех дней и будет действовать до тех пор, пока правительство не объявит об окончании кризисной ситуации в области здравоохранения, вызванной Covid-19.
La medida aterriza en medio de la polémica por las fiestas ilegales y el denominado «turismo de borrachera», con el foco puesto en los franceses y en ciudades como Madrid, y las comunidades autónomas cerradas en Semana Santa por el aumento de la incidencia de casos.
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Esta norma se suma a la que establecía que los ciudadanos procedentes de Francia que viajaran por vía aérea o marítima tenían que presentar una prueba negativa, por lo que a partir de ahora todos los viajeros de Francia, entren por donde entren, tendrán que presentar esta PCR negativa para acceder a España.
Todas las personas, mayores de seis años, procedentes de zonas de riesgo de Francia que lleguen a España por vía terrestre deberán disponer de una prueba PCR (RT-PCR), una prueba TMA u otro tipo de prueba diagnóstica para SARS-CoV2 basada en técnicas moleculares equivalentes, con resultado negativo, realizada en las 72 horas previas a la llegada, según el BOE
En Francia, las PCR son gratis, lo que anima a muchos turistas a viajar a España. En los últimos días la llegada de franceses ha centrado la batalla política, especialmente con las elecciones autonómicas del 4 de mayo en Madrid en el horizonte. La candidata de Más Madrid, Mónica García, criticó que vinieran «hordas de franceses» y acusó a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, de «hacer un efecto llamada al turismo de borrachera» convirtiendo la ciudad en el «after de Europa».