В Испании люди старше 45 лет, которые долгое время не могут найти работу, практически обречены на нищету, заявил социолог Хуан Карлос Льяно, 16 февраля сообщила газета Publico.
В соответствии с отчетом Европейской сети против бедности (EAPN), одним из авторов которого является Хуан Карлос Льяно, кризис очень сильно изменил картину бедности в разных возрастных группах.
Если до кризиса люди в возрасте от 45 до 64 лет имели самые низкие показатели бедности, то сегодня люди этой возрастной группы наиболее уязвимы.
В отчете приводятся значения многомерного индекса риска бедности и социальной исключенности (AROPE) для разных возрастных групп. В соответствии с результатами исследования за последние 10 лет риск бедности уменьшился для тех кому младше 16 и тех, кто старше 65. В то же время отмечается, что люди в возрасте от 16 до 29, а также от 45 до 64 находятся в самом уязвимом положении. Почти 28% людей старше 45 лет рискуют оказаться в нищете.
По мнению Хуана Карлоса Льяно это объясняется тем, что сейчас компании охотнее принимают на работу молодых людей, в то время как старшим очень трудно найти работу, особенно если они женщины.
Он отметил, что те людям, которые обладают высокой квалификацией и в настоящее время имеют работу, скорее всего бедность не грозит, но «если вы старше 45, и вы остаетесь без работы, вы потеряны».
Кроме того, ситуация усугубляется недостатками системы социальной защиты. Когда люди становятся старше, им перестают платить пособие по безработице. Размер выплат, которые им полагается составляет всего 400 евро.
«Как на это будет жить семья? Это невозможно», — заключает эксперт.
Льяно также сообщил, что кроме проблем с людьми в возрасте, есть очень большие проблемы у молодежи. Люди в возрасте от 16 до 29 лет традиционно имеют проблемы с трудоустройством. Но это усугубляется тем, что люди в этом возрасте обычно имеют родителей от 45 до 64. И в одной семье могут «сойтись пожилой человек с проблемами занятости и молодой человек, который не может получить работу».
Напомним, что сегодня в Испании 3,2 миллиона безработных, из которых 38,5% находятся в этом положении уже длительное время.
Ранее докладчик ООН по вопросам бедности Филипп Алстон заявил, что в стране каждый пятый человек живет за чертой бедности.
De acuerdo con la última Encuesta de Población Activa, en España hay 3,2 de millones de personas en paro. De ellos, más de un tercio (38,5%) son parados de larga duración, donde el sesgo de edad se hace fuerte
El empleo creció en más de 400.000 personas en 2019 y el número de ocupados roza los 20 millones
Varias personas hacen cola en una oficina de Empleo.
Que «España se puede permitir hacer mucho más por las personas de bajos ingresos» no es solo una opinión generalizada. La frase la dijo Philip Alston, el relator de la ONU sobre Extrema Pobreza y Derechos Humanos, tras su paso por nuestro país, donde una de cada cinco personas vive bajo el umbral de la pobreza. Una cifra que ha menguado pero sigue por encima de las cifras precrisis. En 2020, tener un trabajo o estudios universitarios no es blindaje contra la exclusión social.
Además, hay 3,2 de millones de personas en paro, de acuerdo con la última Encuesta de Población Activa. De ellos, más de un tercio (38,5%) son parados de larga duración, donde el sesgo de edad se hace fuerte. «La crisis modificó profundamente la evolución de la pobreza en los distintos grupos de edad», cuenta el último informe de la Red Europea contra la Pobreza (EAPN), a la que están adscritas organizaciones como Cáritas o Cruz Roja.
En él se calcula la tasa AROPE, que mide el riesgo de pobreza y exclusión. En la última década solo se ha visto reducida para los menores de 16 y, sobre todo, los mayores de 65 años. En cambio, los niños y adolescentes siguen siendo los que mayor vulnerabilidad presentan, seguidos de los jóvenes adultos -16 a 29 años- y los mayores de 45 años. Entre estos últimos, un 27,6% corre el riesgo de caer en la pobreza o la exclusión.
«Las personas adultas entre 45 y 64 años siempre tuvieron las tasas de pobreza más reducidas, lo que era reflejo de su mejor posición en el mercado laboral y de la relativa estabilidad de sus condiciones de vida», desarrolla el informe, que incide en que «la crisis también arrasó con ellas». Si se mide directamente la pobreza, en la última década se ha disparado siete puntos para estas personas, igualando la media general (21,3%).
«Si eres mayor y te quedas sin empleo, estás perdido»
El sociólogo Juan Carlos Llano, autor de este informe, explica a Público la encrucijada en la que se encuentran estas personas. «Ahora las empresas quieren gente joven y a los mayores les cuesta muchísimo encontrar empleo, sobre todo si son mujeres», desarrolla este experto. Llano subraya, eso sí, que «los mayores de 45 años muy cualificados sí tienen empleo», pues «la tasa de paro de los mayores ronda el 15%, pero si eres mayor y te quedas sin empleo, estás perdido».
«La protección social tiene muchas deficiencias, porque cuando se les acaba el paro y son mayores cobran una renta de unos 400 euros. ¿Con eso va a vivir una familia? Es imposible»
A esto se une que «la protección social tiene muchas deficiencias, porque cuando se les acaba el paro y son mayores cobran una renta de unos 400 euros. ¿Con eso va a vivir una familia? Es imposible».
El problema de los mayores está relacionado con el de los jóvenes por una razón un tanto obvia: quienes tienen entre 16 y 29 años suelen tener padres con una edad de entre 45 y 65 años. Esto hace que en una familia puedan «converger una persona mayor con problemas de empleo y un joven que no puede conseguirlo», incide el sociólogo.
Es lo que ocurre con Francisco y Julia, matrimonio toledano en el que ambos están teniendo dificultades para la reinserción laboral. Tienen varios hijos y reconocen que la más pequeña, con 23 años, «es la que peor lo está teniendo, empalmando trabajos temporales de una semana o esperando a que la llamen para campañas».
Francisco tuvo un accidente laboral en 2016 y, tras casi dos años de baja, le dieron una incapacidad para el que era su puesto, conductor de reparto. Con un 33% de discapacidad, lleva dos años buscando trabajo. «No sabes qué trabajos vas a poder realizar, porque no estoy cualificado», comenta en conversación con este periódico.
«Ahora mismo tienes que ponerte a estudiar para encontrar un empleo, y eso en una persona que lleva 30 años trabajando es complicado, sobre todo si tienes limitaciones», lamenta este hombre de 55 años, enfatizando que formarse también es cuestión de dinero: «Estás en el paro, tienes una pequeña pensión y necesitas vivir de algo. Para mí es complicado incluso conseguir un media jornada o unas pocas horas al día».
Julia, su esposa, está a su lado. Ella ha tenido algo más de suerte: acaba de firmar un contrato de tres meses. Pero llevaba un año muy duro. Quisieron despedirle tras una baja -«me intentaron hacer la vida imposible»- y acabó acordando su salida.
«Te ves sin trabajo con 52 años, no sabes qué salidas ni oportunidades tienes. Por mucho que moviera mi currículum, a los dos minutos me descartaban de cualquier oferta», lamenta. «No he parado de hacer cosas desde entonces», cuenta esta mujer de 52 años, que ha seguido formándose para «no perder habilidades» como contable, su profesión. «Seguimos valiendo para algo, esta sociedad no nos puede arrinconar», espeta Francisco.
El edadismo y el algoritmo
Julia y Francisco se acaban de sumar a +45 Activos, una asociación con apenas medio año de historia que pretende luchar contra la discriminación por edad, conocida como edadismo. «Los mayores de 45 años estamos excluidos del mercado de trabajo», critica David Sánchez, impulsor y secretario de este colectivo, que también está tratando de reunirse con partidos políticos para hacerles llegar sus reivindicaciones.
«Nos encontramos mordiéndonos los unos a los otros y rebajando el precio de nuestros servicios constantemente»
Sánchez es «parado de larga duración a ratos», pues ha pasado 1.800 días como desempleado, aunque en ese tiempo ha hecho algún trabajo esporádico para salir adelante. En su caso, se tuvo que hacer autónomo, pero no lo hizo por gusto: «El que quiera ser autónomo porque lo decide libremente, adelante, pero no tenemos la posibilidad de elegir. Soy director de Recursos Humanos y no puedo acceder a mi profesión».
En este sentido, el secretario de +45 activos denuncia que los falsos autónomos se han convertido en «una forma de quitarse los costes empresariales, con trabajadores pagando sus propias cuotas, y eso quiebra al Estado y la seguridad social. Es insostenible». «El pastel a repartir es el mismo, con lo cual nos encontramos mordiéndonos los unos a los otros y rebajando el precio de nuestros servicios constantemente», añade.
«Cuando he ido a una sesión de orientación de la Comunidad de Madrid, directamente me han sugerido la idea de trabajar por mi cuenta. No sé si la política a seguir es que todos los que estamos fuera del mercado laboral nos hagamos autónomos. Yo me lo estoy planteando, aunque ahora mismo no tengo dinero». Quien habla es Laura, licenciada en Informática. Tiene 50 años y está a punto de convertirse en parada de larga duración. Llevaba dos décadas trabajando para una multinacional y tenía un «buen sueldo» como mando intermedio, pero tras una reestructuración la empresa decidió prescindir de ella.