
En los círculos sociales de Venezuela y España, el nombre de María Beatriz Hernández, una joven diseñadora de joyas, resonó de manera inesperada. Ella fue la razón por la que el conocido banquero Víctor Vargas, padre de Margarita Vargas y suegro de Luis Alfonso de Borbón, decidió poner fin a su matrimonio de más de treinta años. Su esposa, Carmen Santaella, miembro de una influyente dinastía bancaria venezolana con raíces españolas y profundas convicciones religiosas, se negó durante mucho tiempo a aceptar el divorcio. Este conflicto se convirtió en uno de los procesos judiciales más sonados en la historia de Venezuela.
La situación llegó al punto de que la jueza Ana Alejandra Morales tuvo que sentar un precedente legal, dictaminando que el matrimonio podía disolverse incluso sin el consentimiento de una de las partes. Víctor y Carmen tuvieron tres hijos, entre ellos Margarita, esposa de Luis Alfonso. Tras el escandaloso divorcio, Víctor Vargas se casó con María Beatriz. Según rumores, su relación comenzó en 2008 o incluso antes, cuando el banquero ya no convivía con su primera esposa. De este nuevo matrimonio nacieron dos hijos: Víctor Simón en 2013 y María Guadalupe en 2015. La propia María Beatriz dejó su carrera como diseñadora y, desde hace más de diez años, dirige el prestigioso Centro de Arte Contemporáneo en Caracas, fundado con el apoyo del grupo financiero de su esposo.
Para Margarita Vargas y su hermana mayor, Victoria, el divorcio de sus padres fue un golpe duro, agravado por una tragedia familiar anterior: la muerte de su hermano Víctor, de 18 años, a causa de una enfermedad rara. Durante los cinco años que duró el proceso de divorcio, su madre, Carmen Santaella, pasó mucho tiempo en Madrid, donde encontró apoyo en su hija y su yerno. Actualmente, divide su vida entre Madrid y Caracas. A pesar de las heridas del pasado, con el tiempo la familia, al menos en apariencia, ha aprendido a convivir bajo un nuevo formato. Un ejemplo fue en 2016, cuando en la primera comunión de la hija mayor de Luis Alfonso y Margarita en Madrid, estuvieron presentes ambas ramas familiares: tanto Carmen Santaella como Víctor Vargas, junto a su nueva esposa y sus hijos pequeños.
En verano, la familia suele reunirse en la exclusiva urbanización de Sotogrande, en la provincia de Cádiz, donde Luis Alfonso y su suegro juegan al polo con entusiasmo. La relación entre Margarita y su madrastra, María Beatriz —que tienen prácticamente la misma edad— parece cordial, aunque al principio la hija del banquero se puso del lado de su madre. Desde su matrimonio, Luis Alfonso de Borbón se implicó en los negocios de su suegro. Durante décadas, Víctor Vargas ha sido considerado una de las figuras clave del sector financiero en Venezuela; incluso fue apodado “el banquero del chavismo”.
Sin embargo, en los últimos años su imperio, construido en torno al Banco Occidental de Descuento (BOD), comenzó a desmoronarse. Varios de sus bancos, incluidos los de Panamá y Curazao, fueron acusados de quiebra fraudulenta, poniendo en riesgo todo el holding. La situación de Vargas se complicó tras su breve arresto en 2016. Ahora se ve obligado a vender activos en Venezuela y a defenderse constantemente de las demandas de acreedores y reguladores financieros, lo que arroja dudas sobre el bienestar de toda su familia.





