
Paula Echevarría, una de las figuras mediáticas más conocidas de España, lleva tiempo utilizando las redes sociales no solo para promocionar sus proyectos y mostrar sus looks, sino también para compartir momentos de su vida personal. Parte fundamental de su mundo son sus dos hijos: Daniela, de diecisiete años, fruto de su matrimonio con David Bustamante, y Miki, de cuatro años, nacido de su actual relación con Miguel Torres. Sin embargo, en las últimas semanas, sus seguidores han percibido un cambio radical en la forma en que la actriz expone a su hijo menor ante el público.
Este verano, casi cuatro millones de seguidores de la influencer en Instagram han sido testigos de una nueva estrategia respecto al pequeño Miki. Si antes solía aparecer en la cuenta con frecuencia, ahora su rostro se tapa con pegatinas o emojis, o aparece difuminado. La alternativa son fotos de espaldas, de perfil o vídeos muy cortos y fugaces en los que es imposible distinguir sus rasgos. Estos cambios no han pasado desapercibidos y han generado una oleada de comentarios y preguntas por parte de la audiencia.
La propia Paula despejó las dudas en una reciente y sincera conversación con periodistas. Al ser preguntada por su mayor miedo en este momento, lo relacionó directamente con la decisión de dejar de publicar imágenes de su hijo, nacido el 11 de abril de 2021. Echevarría admitió que, tal vez, antes no era plenamente consciente de las consecuencias de mostrar a su hijo ante un público tan amplio.
La actriz explicó que, al publicar una foto, parece que la compartes solo con un pequeño grupo de amigos, como en un chat de WhatsApp. Sin embargo, la realidad es que del otro lado de la pantalla hay millones de personas muy diversas. La asturiana destacó que la mayoría de sus seguidores son gente maravillosa, positiva y bondadosa. Pero también advirtió, inquieta, que en la red existe otro tipo de usuarios: personas con malas intenciones, una vida sombría y pensamientos poco amables. Esta conciencia le causó una gran inquietud. «Me dije a mí misma: el niño tiene cuatro años y no seré yo la razón por la que extraños lo miren. Nunca más», así formuló su postura definitiva.
La situación es muy diferente con su hija mayor, Daniella. La joven, que está a punto de alcanzar la mayoría de edad, tiene una exposición pública mucho mayor y se desenvuelve con total naturalidad en el entorno mediático. Hace unos meses, incluso posó por primera vez junto a su madre frente a las cámaras en un evento social, lo que, por cierto, generó bastante expectación. Paula aclaró que su hija no actúa completamente por su cuenta, siempre conversan sobre qué fotos pueden publicarse y cuáles no. La actriz afirmó que respeta profundamente las decisiones de Daniella sobre este tema.






