
Un nuevo conflicto agita la vida política de Madrid: Javier Ortega Smith, quien fuera una de las figuras más influyentes de Vox, se encuentra en una situación complicada. Tras ser apartado de su cargo como vicepresidente en el Congreso de los Diputados, su peso dentro del partido ha disminuido notablemente. Ahora solo mantiene su puesto como portavoz en el Ayuntamiento, pero incluso entre sus aliados más cercanos se cuestiona cuál será su papel a futuro.
Los cambios internos en el partido supusieron un verdadero golpe para Ortega Smith. Su ausencia en los principales actos donde estuvieron presentes los líderes de Vox no ha hecho sino alimentar los rumores de distanciamiento con la dirección. Mientras el líder del partido, Santiago Abascal, se mantiene a distancia de las ceremonias oficiales, Ortega Smith aparece en la tribuna junto a otros representantes, desmarcándose de la nueva estrategia de la cúpula.
Pérdida de confianza y relevo generacional
Ortega Smith no solo fue en su momento amigo cercano de Abascal, sino también uno de los símbolos del partido. Su papel fue clave en la formación de la coalición con el Partido Popular y Ciudadanos en Madrid. Sin embargo, actualmente, la formación apuesta por jóvenes políticos como Carlos Queiro e Isabel Pérez, quienes promueven nuevos temas prioritarios: inmigración, economía, vivienda e identidad nacional.
Mientras que las nuevas caras de Vox hacen campaña en los barrios del sur de Madrid, Ortega Smith permanece al margen. Su participación en actos organizados por exmiembros del partido y el respaldo público a las críticas contra la dirección solo han agravado su situación. Dentro de la formación consideran que sus posibilidades de entrar en futuras listas electorales son mínimas, y una posible designación en otra región se ve más como una forma de tenerlo controlado.
El futuro de Ortega Smith, en el aire
A pesar de todas las dificultades, Ortega Smith no pierde la esperanza de mantener su puesto en el Ayuntamiento y continuar su carrera política. Sin embargo, la decisión final corresponde al comité ejecutivo nacional, que podría optar por otro candidato para Madrid. Sus méritos pasados y la relación personal con Abascal pueden pesar, pero ahora el partido apuesta claramente por la renovación y la disciplina.
En Vox creen que el éxito no depende de figuras concretas, sino de la fuerza de la marca. Por eso, incluso referentes como Ortega Smith pueden quedar relegados. Su caso es un ejemplo de lo rápido que cambia el panorama político y de lo difícil que es mantenerse en la cima si no se sigue la nueva línea del partido.






