
El jueves, el Parlamento de Madrid volvió a ser escenario de intensos debates. El regreso de Isabel Díaz Ayuso tras su viaje a Austin (Texas) provocó encendidas discusiones. Su visita coincidió con su cumpleaños, detalle que no pasó desapercibido para la oposición. Ayuso explicó que el viaje estaba relacionado con los preparativos para la futura etapa de la Fórmula 1 en la capital y subrayó que este tipo de visitas atraen inversiones a la región. Al mismo tiempo, reprochó a Pedro Sánchez la falta de eficacia en sus viajes al extranjero.
El debate pronto se transformó en un duelo verbal entre representantes de distintos partidos. En el pleno no cesaron las acusaciones cruzadas y los comentarios sarcásticos. En un momento dado, se recordó inesperadamente a la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. El enfrentamiento fue especialmente intenso entre Miguel Ángel García y Emilio Delgado de Más Madrid. Su discusión derivó en ataques personales, incluyendo acusaciones de ausencias y cobros injustificados. Delgado incluso tildó a su rival de «insignificante», lo que obligó al presidente de la Asamblea a conceder tiempo adicional para continuar la discusión.
La cuestión de la memoria histórica también ocupó un lugar central. La decisión del gobierno de Sánchez de declarar el edificio de la Real Casa de Correos como lugar de memoria democrática generó malestar en el equipo de Ayuso. Ella propuso colocar placas con críticas hacia Sánchez en edificios de Moncloa y en la calle Ferraz. Ese mismo día se debatieron otros temas candentes: la investigación al fiscal general Álvaro García-Ortiz y las posibles irregularidades del compañero de Ayuso, Alberto González Amador. La presidenta regional acusó al gobierno central de intentar proteger a los suyos mediante una amplia operación estatal.
Tampoco faltaron los enfrentamientos con representantes de Vox. Ayuso e Isabel Pérez-Moñino discutieron sobre migración, salud mental y el problema de las drogas. La presidenta regional defendió que el aumento de las adicciones está ligado a la influencia de las redes sociales y constituye un problema global.
Los socialistas tampoco se quedaron al margen. Mar Espinar cuestionó la conveniencia de la visita de Ayuso a la Fórmula 1 y preguntó quién pagó las entradas. Salieron a relucir preguntas sobre la situación financiera de la Universidad Complutense y el nivel de inversión en educación bajo el actual gobierno regional.
En general, el ambiente en la Asamblea siguió siendo tenso, como es habitual. Oposición y gobierno intercambiaron comentarios punzantes, pero no fue necesario expulsar a ningún diputado. La dura confrontación entre la administración madrileña y el gobierno central volvió a ser el centro de atención.






