
En España ha comenzado un proceso que podría cambiar de manera significativa el mapa ferroviario del país. El administrador de infraestructuras Adif ha iniciado los preparativos para ampliar los servicios de alta velocidad en las rutas que conectan Madrid con las ciudades del sur. La atención se centra especialmente en Cádiz y Huelva, ciudades que llevan tiempo esperando una mejor conectividad en el transporte.
Está previsto que, al finalizar todas las fases, se añadan hasta 16 trayectos adicionales diarios en estas rutas. Esta medida responde a las demandas históricas de los habitantes y autoridades de Andalucía, que en varias ocasiones han reclamado trenes más frecuentes y cómodos entre la capital y las regiones del sur.
A diferencia de etapas anteriores de liberalización, cuando al mercado entraban grandes operadores como Ouigo e Iryo, en esta ocasión se trata de rutas menos rentables pero estratégicamente importantes. Adif ha optado por una estrategia diferente: antes de convocar el concurso, la compañía invitó a los posibles operadores a expresar sus sugerencias y observaciones. Este enfoque busca reducir los riesgos para los nuevos participantes del mercado y facilitar la planificación.
Entre las empresas interesadas se encuentra Ecorail, perteneciente al grupo Magtel de Córdoba. La dirección de Ecorail ya ha anunciado su intención de participar en la siguiente fase, uniendo fuerzas con el operador de autobuses Alsa. Sin embargo, existen obstáculos importantes: para operar en estas líneas se requieren trenes con ancho de vía variable, cuya fabricación puede tardar hasta cinco años. Incluso si los pedidos se realizan en breve, las nuevas unidades no estarían disponibles antes de 2032. Esto significa que los habitantes de Cádiz y Huelva solo podrán beneficiarse de los nuevos servicios dentro de algunos años.
Para acelerar el proceso, en Ecorail proponen utilizar la flota de trenes en alquiler, creada por Renfe en 2013. Esta medida permitiría resolver temporalmente la escasez de material rodante y reducir los riesgos financieros para los nuevos operadores.
Otra dificultad es la limitada disponibilidad de franjas horarias en la línea Madrid-Sevilla, por la que pasan los trenes hacia Cádiz y Huelva. La mayor parte del horario ya está ocupada por los operadores actuales, y los nuevos servicios no siempre podrán parar en Sevilla. Esto podría reducir el impacto de la ampliación de la oferta para toda Andalucía, aunque las autoridades regionales llevan tiempo demandando precisamente esto.
Cabe recordar que en 2024 el gobierno de Andalucía descartó la idea de ceder la gestión de las rutas ferroviarias internas a empresas privadas, siguiendo el modelo de las líneas de autobús. Anteriormente se barajó la posibilidad de firmar un acuerdo con el Estado para aumentar la frecuencia de trenes entre las principales ciudades de la región. Sin embargo, el proyecto nunca llegó a ejecutarse, pese al interés del sector empresarial y a que la autonomía contaba con las competencias necesarias.
En el pasado, Andalucía ya intentó crear su propia red ferroviaria, pero la crisis económica de 2008 frustró estos planes. Ahora la región vuelve a tener esperanzas en cambios que podrían hacer los desplazamientos por el sur de España más rápidos y cómodos.





