
La mañana del sábado, en la isla de Tenerife, ocurrió una tragedia: una fuerte ola sorprendió a un grupo de personas en el puerto de Puerto de La Cruz, derribándolas en el paseo marítimo. Como resultado, una mujer perdió la vida y otras nueve personas sufrieron heridas de diversa gravedad.
Entre los heridos se encuentran seis ciudadanos franceses que paseaban en el momento del suceso. El resto de los afectados son residentes y visitantes de la isla. Según los primeros informes, el incidente tuvo lugar alrededor de las once y media de la mañana, cuando el mar estaba agitado y las olas rompían periódicamente en la costa.
Los servicios de emergencia acudieron rápidamente al lugar. Un helicóptero medicalizado y dos ambulancias participaron en el rescate de quienes cayeron al agua. Los heridos fueron trasladados a los hospitales más cercanos, donde recibieron la atención necesaria. Algunos de ellos se encuentran en estado de gravedad moderada, pero no hay riesgo vital.
Las autoridades locales han pedido a residentes y turistas que extremen la precaución en las zonas costeras, especialmente durante episodios de fuerte oleaje. También recordaron la importancia de mantenerse atentos a los avisos meteorológicos y de no acercarse al borde del agua durante las tormentas.
Este suceso vuelve a poner de manifiesto lo peligrosa que puede ser la naturaleza, incluso en lugares turísticos y aparentemente seguros. Las Islas Canarias atraen cada año a miles de visitantes, pero los fenómenos naturales en la zona exigen especial atención y prudencia.






