
En Ceuta persiste una situación tensa en la frontera: cada día, decenas e incluso cientos de jóvenes marroquíes intentan llegar a territorio español nadando. En las últimas semanas, el número de estos intentos ha aumentado notablemente, lo que ha generado una presión adicional sobre los efectivos de la Guardia Civil responsables de la seguridad y el rescate de migrantes en el mar.
Los agentes fronterizos señalan que deben trabajar en condiciones de escasez tanto de personal como de embarcaciones especializadas para operaciones de rescate. Muchas de las embarcaciones disponibles no están equipadas para evacuar rápidamente a personas del agua y, a menudo, el número de efectivos de guardia no supera las cinco personas por turno. Esto provoca que parte de las embarcaciones no puedan salir al mar por falta del equipo mínimo necesario.
Este año, según el Ministerio del Interior, entre enero y mediados de agosto, 1.725 migrantes cruzaron a Ceuta por mar y tierra, lo que supone un 7,2% más que en el mismo periodo del año pasado. Solo en las dos últimas semanas, 269 personas atravesaron la frontera y, en julio, lo hicieron 474. Los intentos de cruce son especialmente frecuentes por la noche y en condiciones de niebla, cuando la visibilidad es mínima.
Las principales rutas atraviesan la playa de Castillejos (Castillejos) en la ciudad marroquí de Fnideq (Fnideq), situada en la parte sur de la bahía, así como por Belyounech (Belyounech), cerca del distrito de Benzu (Benzu) al norte de Ceuta. Los servicios españoles y marroquíes colaboran, aunque las asociaciones policiales españolas señalan que no pueden depender completamente de la ayuda de sus vecinos y se ven obligados a gestionar el flujo migratorio por sí mismos.
Las autoridades de Ceuta llevan años enfrentándose al problema de alojar a menores migrantes que llegan sin la compañía de adultos. El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) funciona al límite de su capacidad, y la situación se complica mes a mes.
Las asociaciones profesionales de la Guardia Civil consideran insuficiente el refuerzo asignado para el verano. Insisten en la necesidad de aumentar el número de agentes, especialmente en la unidad marítima, así como modernizar el equipamiento. Según sus cálculos, para una labor eficaz en la costa se necesitan al menos 200 personas y mejorar la infraestructura, especialmente prolongar el espigón en la frontera de El Tarajal (El Tarajal), lo que podría reducir el número de intentos de cruce ilegal.
En las últimas semanas se han producido tragedias en Ceuta: se hallaron en el mar los cuerpos de dos jóvenes que murieron intentando llegar a España a nado. Desde principios de año, el número de víctimas mortales en este tramo fronterizo ha alcanzado las 21 personas, de las cuales cuatro solo en agosto.
Los agentes de la Guardia Civil señalan que trabajar en estas condiciones implica riesgos constantes: patrullajes prolongados, baja visibilidad, peligro de caer al agua y dificultad para rescatar a personas que a menudo se niegan a acercarse a las embarcaciones por temor a ser devueltas. A pesar de la profesionalidad y la entrega, muchos reconocen que, sin recursos adicionales y cambios estructurales, resulta cada vez más difícil gestionar el creciente flujo de migrantes.
Por el momento, el Ministerio del Interior no planea un refuerzo a gran escala, aunque no lo descarta si la situación se agrava. La cuestión sobre declarar Ceuta como zona de especial relevancia, lo que permitiría asignar más fondos y personal, sigue abierta.





