
En Sevilla ha comenzado el congreso regional donde Juan Manuel Moreno vuelve a consolidar su liderazgo entre los conservadores andaluces. Esta vez, el evento se celebró en un ambiente alejado de las habituales luchas políticas. Los organizadores pusieron todo de su parte para que los participantes se centraran en los resultados y en los retos de la estabilidad, dejando a un lado polémicas externas y desacuerdos internos.
Moreno presentó sus memorias, donde narra con detalle cómo alcanzó la mayoría absoluta a base de moderación y alejamiento de las tempestades de la política nacional. Esta estrategia le ha permitido no solo afianzar su posición en la región, sino también reducir al mínimo el impacto de conflictos externos, ya sean polémicas sobre el liderazgo en Valencia o procesos judiciales relacionados con otros dirigentes del partido.
Un congreso sin grandes temas ni invitados inesperados
En esta ocasión, los organizadores evitaron deliberadamente abordar asuntos polémicos que pudieran distraer de lo principal: la estabilidad en Andalucía. Incluso la ausencia de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que iba a ser una de las invitadas principales, no generó inquietud. Su no participación se atribuyó a un leve malestar, lo que permitió esquivar rumores innecesarios y centrar el debate en cuestiones locales.
Los debates internos y la discusión sobre posibles alianzas con otras fuerzas políticas también quedaron fuera del foco público. Moreno y su equipo optaron por no abordar el tema de las negociaciones con los partidos de derecha sobre el futuro liderazgo en Valencia, para evitar tensiones adicionales y no dar pie a especulaciones.
Crisis sanitaria: el tema que prefirieron ignorar
Uno de los asuntos más delicados de las últimas semanas —los fallos en el sistema de prevención del cáncer de mama— tampoco fue tratado. Pese a la presencia de expertos en medicina, las conversaciones sobre los problemas de sanidad se limitaron a la necesidad de reformas, sin analizar errores concretos. El entorno de Moreno confía en que la situación se estabilizará en cuanto todas las afectadas reciban la atención necesaria, y asegura que el problema no ha impactado a la mayoría de la población.
Ni siquiera las intervenciones de los principales dirigentes del partido alteraron la hoja de ruta elegida. Lejos de atacar a la oposición o hablar de escándalos de corrupción, el foco estuvo en los logros de gestión y en los riesgos que supondría perder la mayoría parlamentaria. Como ejemplo, citaron regiones vecinas donde la falta de apoyo estable llevó a elecciones anticipadas e inestabilidad política.
Apuesta por la gobernabilidad y advertencia sobre los riesgos
El mensaje principal que se intentó transmitir a los asistentes al congreso fue que solo una mayoría sólida permite implementar reformas, aprobar presupuestos y garantizar la estabilidad para la población de la región. De lo contrario, en el entorno de Moreno consideran que Andalucía podría enfrentarse a las mismas dificultades que otras autonomías, donde la dependencia de fuerzas radicales genera crisis constantes.
Así, el congreso regional se convirtió en un escenario para mostrar un nuevo estilo político: sin declaraciones estridentes, escándalos ni luchas por protagonismo. Moreno apuesta por la calma, la coherencia y una estrategia a largo plazo, con la esperanza de que estas cualidades sean las que le permitan mantener el liderazgo en el futuro.






