
El pasado domingo, el centro de Sevilla fue escenario de una multitudinaria manifestación. Miles de personas se congregaron frente al Palacio de San Telmo para expresar su descontento con las acciones de las autoridades regionales ante la crisis generada en torno al programa de detección precoz del cáncer de mama. La protesta fue organizada por una asociación de mujeres afectadas por esta enfermedad, y a ella se sumaron sindicatos y representantes de fuerzas políticas de izquierda.
La indignación se debe a los numerosos retrasos y fallos en el sistema de cribado, que impidieron que muchas mujeres se realizaran las pruebas a tiempo. Los manifestantes sostienen que estos problemas de diagnóstico son consecuencia de una gestión ineficiente y de intentos de privatización parcial de la sanidad. En las pancartas se podían leer exigencias de dimisión de la presidenta de la autonomía, así como reclamos para mejorar los servicios médicos.
La situación se agravó después de que, a principios de octubre, las autoridades reconocieran los problemas y aceptaran la dimisión del titular de Sanidad. Sin embargo, estas medidas no convencieron a la opinión pública. En respuesta a las críticas, el gobierno prometió aumentar el personal sanitario y reformar el sistema, pero la desconfianza en estas promesas solo ha ido en aumento. Muchos de los participantes en la marcha viajaron desde distintas ciudades de Andalucía para apoyar la protesta.
El día de la protesta, el sistema de transporte de Sevilla colapsó: el metro, los autobuses y los tranvías iban abarrotados, lo que generó aún más molestias para los ciudadanos. Entre los asistentes no solo había activistas y miembros de asociaciones, sino también residentes comunes, preocupados por la situación de la sanidad regional. Algunos expresaron que anteriormente respaldaban al gobierno actual, pero ahora se sienten decepcionados y están dispuestos a cambiar su voto en las próximas elecciones.
Desconfianza en el sistema y exigencia de cambios
Muchos manifestantes señalaron que la crisis del cribado oncológico ha minado su confianza en el sistema sanitario. Varias mujeres relataron casos en los que los resultados de sus pruebas desaparecían de las bases de datos electrónicas, y las invitaciones a otros tipos de exámenes no llegaban en meses. Esto ha generado una ola de preocupación y descontento entre la población, especialmente tras los recientes informes sobre posibles irregularidades en el funcionamiento de centros médicos.
Tras la protesta, las autoridades regionales declararon estar dispuestas a dialogar con representantes de los manifestantes y prometieron apoyar a las mujeres que enfrentan el cáncer. Sin embargo, la oposición considera que estas medidas son insuficientes y sigue exigiendo cambios profundos en el sistema sanitario de Andalucía.
Al mismo tiempo, representantes del partido gobernante intentaron minimizar la magnitud de la protesta, afirmando que la cantidad de participantes era mucho menor de lo anunciado. También acusaron a la oposición de utilizar el tema de la sanidad para ataques políticos. A pesar de ello, la protesta en Sevilla se convirtió en uno de los acontecimientos más destacados del otoño, demostrando cuán sensible es la sociedad ante los problemas en el ámbito sanitario.





