
En el pintoresco valle del río Jalón, a pocos kilómetros de la antigua ciudad de Calatayud, se encuentra un verdadero oasis de tranquilidad y bienestar. Es un lugar donde el tiempo parece ralentizarse, permitiendo a los visitantes sumergirse en una atmósfera de paz forjada durante décadas. Se trata de un centro balneológico cuya historia es la más larga de esta comunidad autónoma. Aquí se fusionan el legado del pasado con los enfoques más modernos para recuperar el equilibrio físico y emocional.
Abierto al público desde 1848, este centro ha sido testigo del paso de distintas épocas, manteniendo siempre su mayor tesoro: los dones únicos de la naturaleza. Ha sobrevivido a los periodos turbulentos de la historia de España, siendo un refugio constante para quienes buscaban alivio a sus dolencias y armonía con el entorno natural. Hoy, tras casi 180 años, no solo sigue en funcionamiento, sino que es uno de los destinos de turismo de salud más demandados de la región, atrayendo visitantes por su encanto singular y eficacia comprobada.
Legado de siglos
Imagine la mitad del siglo XIX. Una época de romanticismo, revoluciones industriales y una nueva perspectiva sobre la ciencia. Fue entonces cuando se valoraron verdaderamente las propiedades curativas de las aguas subterráneas locales. La fundación del balneario se convirtió en un acontecimiento importante, transformando un lugar tranquilo en un punto de atracción para la aristocracia y los ciudadanos acomodados que buscaban mejorar su salud y escapar del bullicio urbano. La arquitectura de los edificios aún conserva la huella de aquella época, y los árboles centenarios del parque han sido testigos de varias generaciones de huéspedes. Al pasear por sus senderos, es fácil imaginar a damas con crinolinas y caballeros con bastón conversando tranquilamente después de tomar baños. Este patrimonio vivo se conserva cuidadosamente e integra en los servicios modernos, creando un ambiente verdaderamente especial.
Agua viva de las entrañas de la tierra
El mayor tesoro de este lugar se encuentra oculto bajo tierra. Sus aguas emergen enriquecidas con azufre y una variedad de sales minerales. El aroma característico, que al principio puede resultar inusual, en realidad es la marca distintiva que indica la alta concentración de elementos beneficiosos. Estudios científicos confirman lo que la experiencia ha demostrado durante generaciones: estas aguas tienen un efecto positivo comprobado. Son útiles para tratar problemas dermatológicos, mejorar afecciones respiratorias y del aparato musculoesquelético. Su reputación como manantial de vida ha trascendido las fronteras de España, atrayendo a amantes de la balneoterapia de todo el continente.
Comodidad y tecnología al servicio del bienestar
La moderna infraestructura del centro está diseñada para ofrecer el máximo confort a los huéspedes. Aquí, las centenarias tradiciones de la hidroterapia se combinan con las más avanzadas tecnologías de spa, creando un espacio único para la recuperación. Los visitantes tienen a su disposición un hotel, una amplia zona de tratamientos y un parque termal. Los clientes pueden elegir entre una amplia gama de servicios: desde circuitos clásicos de hidroterapia y diferentes tipos de masajes, hasta programas personalizados de detox, alivio del estrés o rehabilitación. Los especialistas del centro ayudan a seleccionar el curso más adecuado según las necesidades y deseos de cada persona, lo que hace que la estancia aquí no solo sea agradable, sino también altamente beneficiosa para el organismo.
Tesoros de las tierras circundantes
La estancia aquí no se limita solo a los tratamientos. Los alrededores ofrecen una gran variedad de opciones para el ocio activo y cultural. Desde este lugar parten rutas de senderismo y ciclismo de montaña que permiten disfrutar de la belleza de la naturaleza local. A pocos minutos en coche se encuentran joyas como la ciudad medieval de Daroca, con sus impresionantes murallas, o el famoso Monasterio de Piedra, un parque natural con cascadas y cuevas. Así, el viaje se convierte en una experiencia completa, llena de sensaciones, que aporta no solo renovación física, sino también un rico alimento para la mente y el espíritu.






