
La heredera al trono de España entra en la fase final de su extensa formación militar, que esta vez se desarrollará en la Academia General del Aire en San Javier. Esta etapa será, posiblemente, la más exigente desde el punto de vista psicológico, ya que deberá aprender a pilotar un avión de entrenamiento Pilatus. Le esperan horas de práctica en simulador para perfeccionar la estabilización del aparato, el control de los instrumentos y la lectura de datos de vuelo. Sin embargo, muchos creen que, desde el inicio de su carrera militar, la posibilidad de volar un avión era lo que más inquietaba a doña Leonor.
La idea de pilotar una aeronave de 2.200 kilos a más de 10 mil metros de altitud, sin duda, impone respeto. Es una reacción completamente natural, incluso ante el atractivo romántico de la aviación. Según observadores, la futura reina tiene una personalidad más reflexiva que aventurera. Recientemente, completó una travesía de cinco meses a bordo del buque escuela «Juan Sebastian Elcano», donde tuvo que lidiar con el mareo, pero pilotar un avión representa un desafío muy diferente. Para garantizar su seguridad, se aplican medidas sin precedentes. Los Pilatus son biplaza, lo que permite al instructor acompañarla en todo momento.
Durante todo el período de formación, la alférez Borbón contará con un equipo asignado a su disposición, además de un grupo de 15 agentes de seguridad y otros asistentes. Se ha dado a conocer que tendrá una instructora personal, que no se rotará: este puesto se ha confiado a una teniente, la primera mujer piloto de un caza Eurofighter en España. Además, doña Leonor perfeccionará sus habilidades de vuelo en su propio avión Pilatus PC-21, que no compartirá con otros cadetes. Se informa que, para superar la inquietud previa a los vuelos, visitó la base de San Javier en enero de este año para familiarizarse de antemano con las instalaciones y, en particular, con el hangar.
A su llegada a la academia, la heredera al trono declaró que está dispuesta a aprender, pero que le gustaría avanzar «poco a poco, paso a paso». Uno de los momentos clave para cualquier futuro piloto es la llamada «suelta» (la suelta), el primer vuelo en solitario. Por ahora, permanece la incógnita de si la princesa llegará a realizar esta prueba y si, como su padre, el rey Felipe VI, aprenderá a pilotar un caza. Su padre es piloto militar y cuenta con experiencia al mando de aviones de transporte, helicópteros y el Eurofighter supersónico. Doña Leonor ha sido asignada al grupo de 75 cadetes de cuarto curso y terminará su formación en julio con el rango de teniente. La base de San Javier es conocida entre los militares como «la Cueva» (la Cueva), debido a la exigencia de su formación, que no todos logran superar. El régimen diario es extremadamente estricto: el día comienza a las 6:30, las clases se extienden hasta las 18:00 y la hora de descanso es a las 22:15.





