
Ante la ola de calor anómala que afectó a España en el verano de 2025, el Bioparc de Fuengirola (Málaga) se convirtió en un verdadero refugio climático. Dentro de sus instalaciones se genera un microclima único, que logra mantener la temperatura del aire entre 5 y 12 grados por debajo de la que se registra en las calurosas calles asfaltadas de la ciudad. Este efecto se consigue gracias a un diseño cuidadosamente planificado que imita los bosques tropicales húmedos.
El secreto de la frescura reside en las características propias del parque. Aproximadamente el 85% de su superficie total, que supera los 20.000 metros cuadrados, está cubierta de vegetación densa. Las copas de los altos árboles tropicales ofrecen una sombra espesa, protegiendo del sol intenso. El proceso natural de evaporación de la humedad por parte de las plantas, conocido como evapotranspiración, combinado con numerosos elementos acuáticos, como arroyos y playas interiores, enfría el aire de forma eficaz. Así, la arquitectura del parque y sus componentes vivos funcionan como un único sistema de control climático.
La colección botánica del parque cuenta con más de 100 especies diferentes de plantas, incluyendo tanto ejemplares autóctonos como exóticos de Madagascar y el Sudeste Asiático. Los árboles del género Ficus, como el ficus de pequeño fruto (Ficus microcarpa) y el árbol del caucho (Ficus elastica), desempeñan un papel fundamental en la creación del microclima. Sus copas robustas y raíces aéreas, que absorben la humedad directamente del aire, forman verdaderos ecosistemas. A su lado crecen especies únicas como el pandano de Madagascar (Pandanus utilis), con sus raíces zancudas, y la ceiba hermosa (Ceiba speciosa), también conocida como «palo borracho», capaz de almacenar agua en su tronco.
La importancia de estas zonas verdes va mucho más allá de la estética. Cumplen una función clave en la lucha contra el efecto ‘isla de calor urbana’, cuando el asfalto y el hormigón retienen el calor solar y elevan la temperatura ambiental. Estudios científicos confirman que, durante el día, la diferencia de temperatura entre una zona verde y una calle asfaltada puede alcanzar los diez grados. Representantes del Bioparc señalan que, en su territorio, esta diferencia suele ser incluso mayor.
En el contexto de los cambios climáticos globales, proyectos como este dejan de ser solo atracciones turísticas para convertirse en una necesidad vital. El Bioparc de Fuengirola es un ejemplo de planificación urbana sostenible y cómoda, actuando como un “pulmón verde” en pleno corazón de la ciudad turística. En línea con su compromiso educativo y medioambiental, el parque ha ampliado su horario en agosto hasta las 23:00. Esto permite a los visitantes pasear por la jungla nocturna en un ambiente fresco y disfrutar de un espectacular espectáculo de danzas africanas.





