
Ayer en Madrid se abrió una nueva fase del sonado proceso relacionado con Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno de España. La defensa insiste en que, si el juez no archiva la investigación, al menos limite el juicio con jurado a un solo punto: la posible influencia en las decisiones. Según los abogados, los demás episodios no guardan suficiente relación entre sí como para ser juzgados en un único proceso con jurado popular.
El centro de atención se ha puesto en cuatro posibles delitos, entre ellos la influencia en decisiones y la corrupción en los negocios, vinculados al empresario Juan Carlos Barrabés. A estos se suman sospechas de apropiación indebida y prevaricación, relacionadas con la actividad de Gómez en la universidad. Por separado, se investiga un posible uso indebido de recursos cuando, supuestamente, un asesor de La Moncloa habría ayudado a la esposa del presidente en proyectos privados.
En la vista celebrada la víspera, el juez informó a tres de los implicados sobre la intención de continuar el proceso con jurado y pidió a las acusaciones que matizaran sus demandas. Ni Gómez ni los demás investigados comparecieron personalmente. La defensa de Barrabés y del asesor también solicitó el archivo de la causa. La representante de una de las acusadas subrayó que los episodios relacionados con la universidad no deberían ser evaluados por un jurado, ya que no encajan en la normativa correspondiente.
La Fiscalía de Madrid fue la primera en intervenir en la audiencia, reiterando que no ve indicios de influencia en las decisiones y que los lazos familiares con el presidente del Gobierno no pueden considerarse como prueba. En un extenso documento, el fiscal señaló que, aunque las acciones de Gómez puedan generar dudas desde una perspectiva ética, esto no es suficiente para justificar una persecución penal. Un punto clave fue que, según la Fiscalía, no se ha detectado ninguna presión directa ni indirecta que pudiera haber resultado en un beneficio para Gómez.
Anteriormente, el juez había señalado que las acciones de la esposa del presidente del Gobierno podrían estar relacionadas con su posición familiar. La investigación sostiene que Barrabés ayudó a Gómez con una cátedra universitaria, y que ella, a su vez, firmó cartas de recomendación para sus empresas, lo que les permitió obtener importantes contratos. Sin embargo, según la Fiscalía, las infracciones detectadas son de carácter más bien administrativo y no constituyen un delito penal. Tampoco se hallaron pruebas de beneficio personal en el uso del software, pese a una minuciosa revisión financiera.
Los acusadores, entre ellos representantes de organizaciones sociales, exigen que se continúe la investigación y se realicen nuevos interrogatorios, incluida una nueva citación de Pedro Sánchez. A su juicio, los implicados en el caso habrían utilizado sus cargos para beneficio propio, lo que debe ser examinado en todos los cargos de la acusación.





