
El pasado domingo, miles de personas salieron a las calles de las principales ciudades de Andalucía para expresar su preocupación por la situación del sistema de salud. Los habitantes de la región, unidos por una causa común, mostraron su descontento con la gestión de la sanidad por parte de las autoridades y exigieron cambios inmediatos.
Las protestas comenzaron por la mañana en Almería y pronto se sumaron otras ciudades. En Sevilla, según los organizadores, unas veinte mil personas participaron en la marcha. La columna avanzó desde la estación San Bernardo hasta el Palacio de San Telmo, sede del gobierno autonómico. Los manifestantes portaban pancartas y coreaban consignas, exigiendo la recuperación de una sanidad de calidad y el fin de la comercialización del sector.
En Córdoba, alrededor de cinco mil personas se concentraron frente al departamento de salud local, reclamando mantener la accesibilidad y calidad de la atención médica. En Granada, los manifestantes recorrieron las calles principales, recordando a las autoridades que la salud debe ser una prioridad y no un asunto de negocio. En Huelva, las protestas se centraron en los problemas de infraestructuras: falta de especialistas, ausencia de hospitales modernos y retrasos constantes en la apertura de nuevos centros.
Crisis sanitaria: causas y consecuencias
La indignación aumentó tras la polémica en torno al programa de diagnóstico precoz del cáncer de mama. Muchos opinan que las autoridades no supieron organizar el cribado y que las dificultades de acceso a los exámenes médicos son solo la punta del iceberg. En Jaén, los manifestantes recordaron el cierre y la reducción de servicios en hospitales comarcales, así como el hecho de que algunas ciudades aún no cuentan con un centro de salud completo.
En Almería, los manifestantes señalaron que la mayoría de los niños de la provincia no tiene asignado un pediatra y que el número de médicos y enfermeros no deja de disminuir. Además, en los últimos años se ha disparado el número de agresiones al personal sanitario, lo que agrava aún más la crisis de recursos humanos.
Exigencias y reacción política
En Cádiz y Málaga, representantes de partidos de la oposición se sumaron a las protestas y acusaron al gobierno regional de debilitar deliberadamente la sanidad pública. Consideran que fondos que podrían destinarse al desarrollo de hospitales y centros de salud se desvían al sector privado. La ciudadanía exige que se restituyan los recursos para la sanidad pública y que se garantice la transparencia en la distribución del presupuesto.
En conjunto, las protestas en Andalucía reflejan la creciente desconfianza hacia el gobierno regional y la preocupación por el futuro de la sanidad. Los habitantes de la región han dejado claro que no piensan aceptar el deterioro de la situación y están dispuestos a luchar por su derecho a una atención médica de calidad.





