
En pleno centro de Benidorm, donde el flujo de turistas no cesa ni de día ni de noche, los escaparates de las tiendas se han convertido desde hace tiempo en un lugar donde se pueden encontrar los souvenirs más inesperados. Camisetas con mensajes provocativos, imanes con imágenes explícitas y toda una colección de objetos difíciles de considerar inocentes se han vuelto parte habitual del paisaje local. Para algunos visitantes, esto es parte del ambiente festivo; para otros, motivo de desconcierto e incluso irritación.
El ayuntamiento ha decidido intervenir en la situación. Las autoridades de Benidorm, lideradas por el Partido Popular, han anunciado el inicio de una campaña destinada a limpiar los escaparates urbanos de productos con mensajes ofensivos, sexistas, racistas, homófobos o simplemente vulgares. Se presta especial atención a las tiendas situadas en las zonas turísticas y en calles donde suelen pasear familias con niños.
En algunas tiendas de las calles principales podían verse camisetas con frases que no cualquiera se atrevería a traducir en voz alta, así como souvenirs claramente dirigidos a los amantes del humor negro. Todo esto se exhibía en lugares destacados, junto a productos convencionales, como camisetas de futbolistas famosos.
Las autoridades municipales explican que estos productos no solo incumplen las normativas locales, sino que también dañan la reputación del destino turístico. Los documentos oficiales del ayuntamiento establecen claramente que está prohibida la exhibición de artículos que puedan ofender la sensibilidad moral de los ciudadanos. Es especialmente importante que niños y adolescentes no se enfrenten a estos mensajes en las calles.
Por el momento, se trata de una labor de concienciación: a los propietarios de una veintena de tiendas ya se les ha sugerido voluntariamente retirar los artículos polémicos de los escaparates. Si desoyen la advertencia, podrían enfrentarse a multas que alcanzarían los tres mil euros. Sin embargo, las autoridades subrayan que el objetivo principal no es sancionar, sino transformar la imagen de la ciudad.
La reacción de los vecinos ha sido en general positiva. Muchos creen que Benidorm no debe asociarse con el mal gusto ni el humor agresivo. Los turistas, por su parte, están divididos: algunos ven estos recuerdos como parte de la diversión veraniega, mientras que otros los consideran provocaciones fuera de lugar. Algunos visitantes europeos señalan que la línea entre la broma y la ofensa es muy fina, y que este tipo de artículos puede revelar mucho sobre la cultura local.





