En España, especialistas del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona realizaron una serie de experimentos que permitieron identificar el papel clave de la proteína neurturina-1 en los procesos metabólicos. El estudio demostró que el aumento de su concentración en las células de grasa parda conduce a una aceleración notable de la quema de calorías.
Anteriormente, la neurturina-1 se asociaba principalmente con el funcionamiento del sistema nervioso. Sin embargo, nuevos datos señalan su importancia para el metabolismo energético. Los investigadores centraron su atención en los genes que regulan la actividad de las células adiposas, con el objetivo de comprender qué segmentos del ADN inician los procesos de consumo de energía en la grasa parda.
Durante el estudio, los científicos bloquearon parcialmente ciertos genes en ratones de laboratorio y observaron los cambios en su organismo. Especial atención recibió el gen RAP250, que, según se descubrió, actúa como una especie de “freno” para el metabolismo de las células grasas. Al desactivarlo, los ratones mostraron resistencia al aumento de peso y al desarrollo de la diabetes incluso con una dieta calórica. Esto se debía a la activación de los procesos metabólicos en la grasa parda.
Un análisis posterior reveló que la desactivación de RAP250 afecta a la actividad de cientos de segmentos de ADN y de las proteínas asociadas a ellos. Entre ellas, la más relevante fue la neurturina-1, cuya producción suele estar suprimida por este gen. El aumento de los niveles de neurturina-1 estimulaba las mitocondrias —estructuras celulares responsables de la producción de energía— y favorecía un mayor consumo de calorías.
A partir de los datos obtenidos, los científicos desarrollaron una terapia génica que aumenta la concentración de neuritina-1 en las células adiposas. Las pruebas en ratones confirmaron que este enfoque protege a los animales de la obesidad cuando consumen una dieta hipercalórica y acelera el metabolismo del tejido graso. Estos resultados abren nuevas perspectivas para desarrollar métodos innovadores para combatir el exceso de peso en seres humanos.
La grasa parda suele encontrarse en recién nacidos y animales jóvenes, donde es necesaria para mantener la temperatura corporal. Con la edad, su cantidad disminuye y es reemplazada por la grasa blanca, que almacena energía. Investigaciones recientes han demostrado que ciertas hormonas y sustancias pueden activar la grasa parda o hacer que la grasa blanca funcione de manera similar. Esta área se estudia activamente en la búsqueda de soluciones eficaces para la prevención y el tratamiento de la obesidad.
