
En 2025, en España continúa la investigación relacionada con las actividades del exministro de Transportes. En el centro de la atención se encuentra Koldo García, quien durante años no solo fue asistente, sino que gestionaba de hecho todos los asuntos financieros de su jefe. Su papel iba mucho más allá de las funciones habituales de un consejero.
En la correspondencia revisada por los investigadores aparecieron numerosos mensajes donde se discutían no solo asuntos laborales, sino también peticiones personales. Por ejemplo, bajo el pretexto de pedir un «folio», en realidad se solicitaba efectivo. Ese mismo día también se discutía la elección de un restaurante para una reunión con una mujer a la que en los mensajes llamaban «Princesa». Para estos encuentros escogían locales que visitaban con frecuencia, para evitar llamar la atención.
Con los años, la confianza entre el exministro y su asistente solo se fortaleció. Koldo empezó como conductor, pero rápidamente se convirtió en una persona imprescindible, encargado de todo: desde pagar la hipoteca y la pensión alimenticia hasta comprar regalos y reservar hoteles. Incluso pagaba viajes y alojamientos no solo para el ministro, sino también para sus allegados. En uno de los mensajes, otra mujer relacionada con el exministro pidió que le pagaran una habitación de hotel, y luego agradeció la ayuda y solicitó que le encargaran la cena.
Toda esta actividad estaba acompañada de un lenguaje particular. Para referirse a los billetes se usaban palabras como «чисторрас» para los de 500 euros, «солес» para los de 200 y «лечугас» para los de 100. Incluso la empleada doméstica del ministro acudía a Koldo con dudas sobre su salario cuando el banco le recordaba una hipoteca vencida. Todos estos detalles confirman que el asistente no solo organizaba, sino que también financiaba muchos de los gastos personales de su jefe.
En la gestión de estos asuntos, Koldo contaba con la ayuda de su esposa Patricia Uris. Ella llevaba el control, realizaba transferencias e incluso reunía los recibos de las compras para rendir cuentas a su marido. A veces surgían discusiones entre ellos por transferencias erróneas, especialmente si se trataba de los hijos del exministro. En uno de los mensajes de audio, Koldo reprochaba a su esposa por no cumplir inmediatamente una orden, recordándole que era una indicación del «jefe».
La pareja también se ocupaba de tramitar las compensaciones de gastos del ministro ante el Parlamento y el partido. Para ello acudían a una oficina en la calle Ferraz, donde les entregaban sobres con dinero. En la correspondencia con una empleada del partido se discutían las cantidades que debían recoger o entregar.
Todos estos hechos dieron origen a una investigación, cuyos materiales ahora están bajo custodia judicial. Parte de la correspondencia ha sido considerada demasiado personal y solo está disponible para los implicados en el proceso. Aun así, ya es evidente: el papel de Koldo García en la vida del exministro fue mucho más importante de lo que parecía a simple vista.





