
En Madrid aumenta la tensión: el partido Junts ha anunciado que suspende su apoyo a todos los proyectos de ley actualmente en tramitación en el Parlamento. Esta decisión pone en riesgo no solo las iniciativas en curso, sino la estabilidad de todo el trabajo legislativo. Los representantes de Junts han presentado enmiendas a 25 proyectos de ley, y otros 21 documentos corren peligro de ser rechazados. Nuevas iniciativas, incluso aquellas que han pasado por el Consejo de Ministros, también podrían quedar bloqueadas en la fase de debate parlamentario.
Al mismo tiempo, a pesar de la retórica contundente, Junts no contempla sumarse a la oposición para presentar una moción de censura contra el actual presidente del Gobierno. Esto deja margen de maniobra al Ejecutivo, aunque lo obliga a agilizar el cumplimiento de los acuerdos previamente alcanzados. Las autoridades destacan que ya están cumpliendo parte de los compromisos y se muestran dispuestas a avanzar para recuperar el diálogo y rebajar la tensión.
Sin embargo, cuestiones clave como la transferencia de competencias en materia de inmigración a Cataluña y las leyes relacionadas con la lucha contra la reincidencia delictiva y la ocupación ilegal de viviendas no dependen solo de la postura de Junts. Aquí el apoyo de Podemos resulta determinante, y por ahora el partido no está dispuesto a respaldar estas iniciativas. Ya en ocasiones anteriores bloqueó propuestas similares y su posición no ha cambiado.
El rumbo europeo y el debate lingüístico
Paralelamente a las discrepancias internas, el gobierno intenta avanzar en el reconocimiento oficial del catalán a nivel de la Unión Europea. Para ello, se están llevando a cabo negociaciones con líderes europeos y representantes del Parlamento Europeo. Los funcionarios catalanes reconocen los esfuerzos de Madrid, aunque admiten que el proceso requiere tiempo y numerosos contactos diplomáticos.
Otro punto especialmente delicado es la aplicación de la ley de amnistía al líder de Junts, Carles Puigdemont. Esta cuestión ha superado el ámbito de los acuerdos políticos y está ahora en manos de los órganos judiciales, incluido el Tribunal Constitucional y las instancias europeas. Las autoridades reconocen que su margen de intervención en el curso de los acontecimientos es limitado.
Escenarios posibles y riesgos para el gobierno
A pesar del endurecimiento de la situación, el gobierno no ve motivos para convocar elecciones anticipadas. Incluso si el trabajo parlamentario se complica, el Ejecutivo mantiene margen para llevar adelante su agenda. Además, Junts ya ha dejado claro que respaldará varias leyes previamente pactadas, entre ellas el proyecto clave de movilidad sostenible, del que depende la llegada de importantes fondos europeos.
Sin embargo, la ruptura con Junts complica considerablemente la segunda mitad de la actual legislatura. En octubre del año pasado, la mayoría de los miembros de Junts apoyaron la decisión de poner fin a la colaboración con los socialistas, resultado de un largo proceso de debates internos. Ahora, el gobierno deberá buscar nuevas fórmulas para mantener la mayoría parlamentaria y sacar adelante sus iniciativas en un contexto de creciente inestabilidad política.






