
En la pequeña localidad de Brañosera, en la provincia de Palencia y considerada la más antigua de España, se planeaba plantar un bosque para conmemorar su 1200 aniversario. Sin embargo, en lugar de la habitual ceremonia, vecinos y expertos se toparon con un hallazgo inesperado: bajo la capa de tierra se escondía un enorme complejo arqueológico de más de cinco mil años de antigüedad.
En una extensión de apenas 12 hectáreas, los investigadores hallaron 217 estructuras: túmulos, dólmenes, menhires, círculos de piedra y altares. Una concentración tan grande de monumentos en un área tan reducida es poco común incluso para Europa. Según los arqueólogos, este lugar fue utilizado como centro ritual y necrópolis durante unos tres mil años, desde el Neolítico tardío hasta el final de la Edad de Hierro.
Rituales ancestrales y misterios de la montaña palentina
La mayoría de las construcciones descubiertas datan de la Edad de Bronce, aunque también hay edificaciones más antiguas y posteriores. El complejo se sitúa en la zona montañosa de Palencia, donde los inviernos son duros y los veranos, breves. Allí, entre una vegetación densa, durante siglos transitaron las antiguas vías de trashumancia que conectaban distintas regiones. Los arqueólogos creen que estos monumentos están relacionados con esos caminos y servían como lugares para rituales y enterramientos.
La atención especial de los expertos se centró en los dólmenes y menhires: grandes estructuras de piedra que pudieron servir para sacrificios o como puntos de referencia en las rutas. También se hallaron plataformas y círculos de piedra, lo cual evidencia una organización espacial compleja y tradiciones rituales desarrolladas entre los antiguos habitantes de la zona.
Un hallazgo que cambia la visión de la historia de España
Los investigadores destacan que un conjunto tan extenso y bien conservado es una verdadera rareza. Hasta ahora, en Europa no se habían encontrado monumentos con semejante número y variedad de elementos en un territorio tan compacto. La investigación apenas comienza y ya es evidente: aún quedan muchas sorpresas por descubrir. En algunas áreas, la densa vegetación impidió realizar excavaciones completas, por lo que los especialistas están convencidos de que bajo tierra todavía se esconden numerosos secretos.
Los trabajos se vieron dificultados por las duras condiciones climáticas: en invierno el terreno queda cubierto de nieve y en verano la densa maleza obstaculiza el acceso. Aun así, los arqueólogos lograron registrar los principales hallazgos y ya preparan nuevas fases de investigación. Según ellos, el descubrimiento en Brañosera puede transformar el entendimiento sobre el desarrollo de las culturas antiguas en el norte de España y sus vínculos con otras regiones de Europa.
Brañosera: un museo al aire libre
Hoy en día, el complejo descubierto es considerado un verdadero museo al aire libre. Su singularidad radica no solo en la cantidad de monumentos, sino también en su estado de conservación y diversidad. Las autoridades locales y los expertos ya discuten planes para crear rutas turísticas y programas educativos que permitan acercar este patrimonio único al gran público. Se espera que los nuevos hallazgos en Brañosera atraigan la atención no solo de especialistas, sino también de todos aquellos interesados en la historia y la arqueología de España.






