En 2025, España alcanzó oficialmente el nivel de gasto militar exigido por los estándares de la OTAN: ahora se destina el 2% del producto interior bruto a defensa. Este paso representa un avance significativo para el país, que hace solo diez años destinaba menos del 1% de su PIB a este ámbito.
Anteriormente, el gobierno tenía previsto alcanzar este objetivo solo en 2029, pero el ritmo de crecimiento de las inversiones en el sector de defensa permitió cumplir la meta cuatro años antes. En 2024, el gasto militar representaba el 1,4% del PIB, y ahora se ha incrementado hasta los 33.100 millones de euros, lo que supone 10.500 millones más que el año anterior.
Esta decisión generó un intenso debate tanto dentro de la coalición gobernante como entre los aliados parlamentarios. Algunas fuerzas políticas expresaron su preocupación por el hecho de que el incremento del presupuesto militar pueda afectar a la financiación de los programas sociales. Sin embargo, el gobierno subraya que cumplir con los compromisos adquiridos ante la OTAN refuerza la imagen internacional de España y reafirma su condición de socio fiable dentro de la Alianza.
El tema del gasto en defensa cobró especial relevancia en vísperas de la cumbre de la OTAN en La Haya (La Haya), donde se debatieron nuevos estándares para los países miembros. Ante el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y sus llamamientos a aumentar los presupuestos de defensa hasta el 3% e incluso el 5% del PIB, España adoptó una postura prudente. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declaró que el país no tiene intención de superar el límite establecido del 2%, a pesar de la presión de algunos socios de la Alianza.
Durante las negociaciones con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, se llegó a un acuerdo que otorga a España cierta flexibilidad respecto al incremento futuro del gasto. La evaluación final del cumplimiento de estos nuevos compromisos se llevará a cabo en 2029.
El Gobierno señala que las inversiones adicionales no solo buscan reforzar la capacidad de defensa, sino también impulsar sectores de alta tecnología. El nuevo plan industrial y tecnológico para el sector de seguridad y defensa prevé más de 10.000 millones de euros. Se da especial prioridad a áreas como la inteligencia artificial, el big data, la robótica, las tecnologías cuánticas y de la información, el espacio, la biotecnología, así como a nuevos métodos de producción y energía.
Según representantes del Ministerio de Defensa, el desarrollo de estas tecnologías permitirá no solo aumentar la seguridad, sino también crear nuevos empleos y fortalecer la posición de la industria española en el mercado internacional.
Al mismo tiempo, la oposición sigue criticando al Gobierno por el incremento del gasto militar. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, insiste en que España debió aceptar un nivel de inversión mayor, acorde con los nuevos requisitos de la OTAN. Sin embargo, el gabinete de Sánchez subraya que el cumplimiento de los compromisos actuales responde plenamente a los intereses del país y de la alianza.
En general, alcanzar el nivel objetivo de gasto militar se ha convertido en un acontecimiento importante para España. Esta decisión ha fortalecido la posición del país en las estructuras internacionales y ha abierto nuevas oportunidades para el desarrollo de la industria de defensa nacional y tecnologías de doble uso.
