
En España, dos décadas después de la abolición del servicio militar obligatorio, resurgen los debates sobre su posible reinstauración. Ante la creciente inestabilidad mundial y los nuevos desafíos en materia de seguridad, la defensa nacional vuelve a estar en el centro del debate. Mientras que algunos países europeos ya han implantado diversos modelos de formación militar para ciudadanos, la sociedad y la clase política españolas siguen divididas: ¿necesita el país una nueva versión de la ‘mili’?
En los últimos meses, cada vez son más comunes los cuestionamientos públicos acerca de cómo debería España responder a las amenazas actuales. Algunos defienden la necesidad de modernizar las Fuerzas Armadas y reforzar la capacidad defensiva, mientras que otros apuestan por alternativas ajenas a la instrucción militar. Incluso se debate la posibilidad de un servicio civil obligatorio, permitiendo que los jóvenes contribuyan a la sociedad sin tener que empuñar un arma.
A pesar de que en algunos países europeos, como Alemania y Francia, la idea de recuperar el servicio militar cuenta con cierto respaldo, en España e Italia propuestas similares apenas generan apoyo. Las encuestas revelan que la mayoría de los españoles no está dispuesta a aceptar el servicio obligatorio, y los partidos políticos evitan el tema por miedo a perder votos.
Expertos señalan que los desafíos actuales exigen nuevos enfoques en materia de seguridad nacional. En vez del servicio militar tradicional, se proponen modelos híbridos que combinan elementos de formación militar y civil. Sin embargo, la cuestión de cómo debería ser exactamente el sistema de defensa en España sigue abierta. El debate continúa no solo entre especialistas, sino también en la sociedad, donde las opiniones sobre este tema suelen ser diversas.
Mientras algunos insisten en la necesidad de fortalecer las fuerzas armadas, otros creen que las amenazas actuales requieren no solo una respuesta militar, sino también cohesión social. En los próximos meses, el debate sobre el futuro de la defensa nacional probablemente se intensificará, ya que la situación en Europa y el mundo cambia rápidamente y España busca su propio camino entre la tradición y las nuevas realidades.






