En la madrugada del 21 de octubre, los residentes de la zona sur de Tenerife se despertaron debido a leves temblores sísmicos. Los sismólogos registraron un terremoto de magnitud 3,2 cuyo epicentro se situó en el mar, aproximadamente a 24 kilómetros del municipio de Arico. La profundidad del foco no ha sido precisada, pero los especialistas señalan que los temblores fueron leves y no causaron daños.
Las vibraciones se sintieron en varias localidades, incluyendo Granadilla de Abona, Fasnia y San Miguel de Abona. A pesar de tratarse de horas nocturnas, algunos vecinos notaron el temblor, aunque no se produjeron consecuencias graves. No se han reportado heridos ni daños en infraestructuras.
Los sismólogos animan a los habitantes locales a compartir sus observaciones a través de un cuestionario especial, con el fin de obtener una visión más completa de lo ocurrido. En el formulario se puede indicar qué estaban haciendo en el momento del temblor, si estaban despiertos o dormidos, así como describir si los objetos en casa se movieron. Esta información ayuda a los especialistas a evaluar con mayor precisión la intensidad y las consecuencias de estos fenómenos.
Es interesante destacar que la tradición de recopilar estos datos entre la población surgió en España ya en el siglo XVIII, tras el devastador terremoto de Lisboa. Desde entonces, el formato de la encuesta ha cambiado en varias ocasiones, pero su importancia para la ciencia y la seguridad sigue siendo alta.
Durante la última semana se han registrado más de medio centenar de eventos sísmicos en esta zona, y desde principios de mes su número ha superado los 140. No obstante, el temblor actual ha sido el más relevante de los últimos seis meses, aunque no alcanzó los valores máximos registrados anteriormente.
