
El lunes, en Sharm el Sheij, tuvo lugar un encuentro que atrajo la atención no solo de los medios españoles, sino también de la prensa internacional. Pedro Sánchez y Donald Trump, pese a las recientes declaraciones contundentes del líder estadounidense sobre una posible salida de España de la OTAN, se dieron la mano al margen de la cumbre dedicada a buscar soluciones para poner fin a la guerra en Gaza.
La reunión duró apenas unos segundos, pero resultó bastante significativa. Trump, que llegó a Egipto con un retraso notable tras su visita a Israel, saludó a Sánchez con una sonrisa e incluso realizó un gesto amistoso. El presidente del Gobierno español respondió con un leve toque en la espalda del mandatario estadounidense. Este momento marcó el primer contacto público entre ambos líderes tras el regreso de Trump a la Casa Blanca.
Cuatro días atrás, Trump cuestionó abiertamente la permanencia de España en la OTAN, alegando que el país no cumple con los requisitos de aumento del gasto en defensa. En respuesta, el Gobierno español reafirmó su compromiso con la Alianza y aseguró que España seguirá siendo un miembro de pleno derecho. A pesar de la tensión previa, durante la cumbre en Egipto no hubo señales de conflicto; el ambiente fue más bien formal e incluso cordial.
Tras el apretón de manos, Trump continuó conversando con otros líderes mundiales, destacando la contribución de la mayoría de los países a la resolución de la crisis en Oriente Medio. En un momento incluso buscó con la mirada a Sánchez para volver a subrayar la importancia de la cooperación económica y sugerir la necesidad de aumentar el presupuesto de defensa. El presidente del Gobierno español, que anteriormente había condenado enérgicamente las acciones de Israel en Gaza, en esta ocasión apoyó la iniciativa de paz y expresó su esperanza de que el conflicto termine pronto.
Cabe destacar que hasta ahora los líderes solo se habían encontrado en actos oficiales, limitándose a saludos protocolarios. En esta ocasión, su contacto fue algo más personal, aunque no llegó a convertirse en una negociación formal. Además de Trump, Sánchez también conversó con el presidente de Egipto, Abdelfatá el Sisi (Abdelfatá el Sisi), uno de los organizadores de la cumbre.
En la historia de las relaciones entre Sánchez y Trump ya hubo episodios ambiguos. Por ejemplo, en la cumbre del G20 en Osaka en 2019, el presidente estadounidense señaló con un gesto a Sánchez cuál era su sitio, algo que entonces en España se interpretó como una broma. Esta vez, el encuentro transcurrió sin incidentes y la delegación española lo calificó de «amistoso».
La cumbre en Egipto concluyó con la firma de un plan de 20 puntos orientado a poner fin a la guerra en Gaza. España, pese a las diferencias políticas con EE UU, apoyó la iniciativa y expresó su disposición a participar en la implementación de los acuerdos de paz.





