
La reina Sofía atraviesa un momento complicado debido al grave deterioro de la salud de su hermana, Irene de Grecia. Esta situación la ha llevado a romper una tradición de muchos años y renunciar a sus habituales vacaciones de verano en el Palacio de Marivent en Mallorca, que no se había perdido en más de medio siglo.
Su reciente aparición en las Islas Baleares fue breve y se limitó exclusivamente a compromisos protocolarios. La reina Sofía asistió a una recepción para representantes de la sociedad civil, aunque los observadores señalaron que se la veía cansada y más delgada. Esta visita relámpago confirmó las sospechas de que toda su atención está ahora centrada en los acontecimientos que se desarrollan en la residencia madrileña, el Palacio de la Zarzuela, donde permanece junto a su hermana.
El estado de salud de Irene de Grecia, conocida cariñosamente en la corte como “tía Pecu” (tía Pecu), aparentemente no le permite viajar. Aunque no hay información oficial por parte de la Casa Real, la situación en el Palacio de la Zarzuela es descrita como tensa. Se ha organizado vigilancia médica las 24 horas con presencia de enfermeras y médicos para atender a la hermana de la reina. También se informa de la presencia de religiosos ortodoxos y católicos.
En este momento difícil para ella, la reina Sofía cuenta con el apoyo de sus hijas. Las infantas Elena y Cristina, según informan, acuden por turnos a la Zarzuela para pasar tiempo con su madre y ayudarla. Mientras tanto, el rey Felipe VI también se encuentra en Mallorca, donde combina el descanso con compromisos oficiales; en particular, tiene previsto visitar las zonas afectadas por los incendios forestales.
Según algunos observadores de la vida de la realeza, el estado emocional y físico de la propia reina Sofía genera preocupación. Además de la angustia por su hermana, enfrenta la presión de otros acontecimientos inminentes. En concreto, se trata de la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias, en la que podría no sentirse con fuerzas para asistir. Otra posible fuente de estrés es la próxima publicación de nuevas memorias de su esposo, el rey emérito Juan Carlos I, que podría reavivar en la prensa los temas delicados de su vida personal.





