
Médicos españoles llaman la atención sobre el problema de la hiponatremia, una condición en la que la concentración de sodio en la sangre cae por debajo de los niveles normales. Esta patología a menudo pasa desapercibida, pero puede tener consecuencias graves para la salud, especialmente en personas mayores. Según el doctor José Manuel Ramos Rincón, especialista en Medicina Interna en el Hospital General Universitario Dr. Balmis de Alicante y miembro de la Sociedad Española de Medicina Interna, la disminución de sodio en sangre es un fenómeno bastante común que requiere comprender sus causas, síntomas y riesgos.
Diversos factores pueden dar lugar al desarrollo de la hiponatremia. Entre las causas más frecuentes, los especialistas destacan el consumo excesivo de agua, la toma de ciertos medicamentos, en particular diuréticos o antidepresivos, así como la presencia de enfermedades crónicas como insuficiencia cardíaca, hepática o renal. Además, los trastornos hormonales también pueden provocar este desequilibrio, como ocurre con el síndrome de secreción inadecuada de la hormona antidiurética.
Las manifestaciones clínicas de la hiponatremia dependen del grado de disminución del nivel de sodio. En las etapas iniciales, la persona puede experimentar fatiga general, confusión, dolores de cabeza, náuseas, vómitos y calambres musculares. En casos graves, la condición puede progresar a desorientación, convulsiones e incluso coma. Los médicos destacan que cualquier alteración neurológica repentina en una persona mayor debe ser motivo para comprobar el nivel de sodio en sangre.
La gravedad de la condición se clasifica según la concentración de sodio en sangre. El valor normal oscila entre 135 y 145 mEq/l. La hiponatremia leve se diagnostica con valores de 130 a 134 mEq/l, la moderada de 125 a 129 mEq/l. Un nivel inferior a 125 mEq/l indica una forma grave, y una caída por debajo de 120 mEq/l se considera crítica y representa una amenaza directa para la vida debido al alto riesgo de complicaciones neurológicas severas.
Este trastorno es bastante común, y no solo en hospitales, donde afecta hasta al 20% de los pacientes ingresados. Cada vez con más frecuencia, la hiponatremia se detecta en pacientes ambulatorios, principalmente entre personas mayores y deportistas que consumen cantidades excesivas de agua. El peligro inmediato de un nivel bajo de sodio radica en el riesgo de edema cerebral. A largo plazo, esta condición puede llevar a un deterioro persistente de las funciones cognitivas o a trastornos neuromusculares.
El enfoque del tratamiento depende de la causa y la gravedad de la hiponatremia. La terapia puede incluir la restricción de la ingesta de líquidos, la administración intravenosa de soluciones salinas o el uso de medicamentos especiales que bloquean la acción de la hormona antidiurética. Es fundamental que la corrección de los niveles de sodio se realice bajo estricta supervisión médica para evitar complicaciones. Como medida preventiva, se recomienda mantener una hidratación equilibrada y controlar regularmente los niveles de sodio si el paciente toma medicamentos que puedan causar su disminución.






