Un insólito caso de ocupación ilegal ha sacudido la tranquila localidad de Vissens dels Ors, cerca de Barcelona. Una familia con niños pequeños encontró refugio en la antigua caseta abandonada del vigilante junto a un centro educativo. Esta acción provocó de inmediato una ola de indignación entre los padres de los alumnos, quienes denunciaron el comportamiento provocador de los nuevos vecinos. Según relatan, los ocupantes, carentes de servicios básicos, se bañaban directamente en el patio, sin preocuparse por la presencia de otros. El problema rápidamente trascendió la comunidad local y se convirtió en tema de acalorados debates en el popular programa televisivo «Espejo público».
En el estudio se desató una verdadera batalla de opiniones. Algunos expertos abogaron por mostrar compasión, señalando la extrema necesidad que había empujado a la familia a tomar esa decisión. Sin embargo, la figura mediática Mariló Montero adoptó una postura tajante. Afirmó ser en este asunto «la voz de los que no están de acuerdo» y expresó una seria preocupación por el hecho de que la ocupación de propiedades ajenas en España se esté convirtiendo en una epidemia. En su opinión, las personas necesitadas de un techo ahora están dispuestas a ocupar cualquier espacio disponible, incluso aquellos totalmente inadecuados para la vida. Montero subrayó que no se puede considerar normal vivir en una caseta sin agua ni instalaciones sanitarias. Le indignó especialmente que los alumnos tengan que presenciar la vida cotidiana de los nuevos habitantes, lo que, según ella, constituye un ejemplo inaceptable para los menores.
La celebridad también señaló que el problema no se resuelve con métodos como estos. Compartió su observación de que ninguno de los ocupantes de viviendas de los que tiene conocimiento ha logrado encontrar un trabajo fijo ni establecer una vida estable. Según su opinión, la responsabilidad de buscarles una vivienda adecuada recae completamente en las autoridades municipales, quienes debieron intervenir y proporcionarles un lugar más apropiado.
El debate tomó un giro completamente inesperado cuando al aire salió el propio jefe de la familia que se instaló en la vivienda. Su dramático testimonio hizo callar incluso a los críticos más acérrimos. El hombre, desesperado, contó que tiene a su cargo tres hijos y que las autoridades locales no le ofrecieron ninguna ayuda real. Reconoció que ocupar la vivienda no es la solución, pero no podía quedarse en la calle con sus hijos, ya que nadie quería alquilarle un lugar. El padre también señaló que, en lugar de brindar apoyo, los funcionarios les cortaron el acceso al agua e incluso insinuaron la posibilidad de quitarles a los niños. Negó rotundamente las acusaciones de conducta inapropiada y aseguró que eligieron una construcción deshabitada para no molestar a nadie, y que mantienen el lugar limpio y ordenado por el bienestar de sus hijos.
El sincero testimonio del hombre causó una fuerte impresión en todos los presentes. La presentadora del programa, Susanna Griso, reconoció que este caso no puede considerarse como una ocupación típica de vivienda. Pero la reacción más significativa fue la de Mariló Montero. Tras escuchar la historia, no encontró palabras de reproche y suavizó notablemente su postura. Además, la redacción del programa decidió no limitarse a la discusión e intentó ayudar al padre a encontrar trabajo, convirtiendo un agudo conflicto social en una historia de solidaridad humana.
