Recientemente, Dakota Johnson asistió a la boda de su hermanatras Estella del Carmen, hija de Antonio Banderas, y pocos días después hizo una serie de declaraciones sinceras a la prensa. En su última entrevista, la actriz arrojó luz sobre su infancia, que, contrariamente a las expectativas, estuvo lejos de ser idílica. Creciendo a la sombra de la fama de sus padres, Melanie Griffith y Don Johnson, desde pequeña tuvo que enfrentarse a las consecuencias no tan agradables de la popularidad, que a veces tomaban formas inquietantes.
Johnson, cuya vida estuvo ligada al cine desde la cuna —su abuela es la legendaria Tippi Hedren y su padrastro fue el propio Antonio Banderas—, creció entre rodajes. Sin embargo, esa vida que parecía de cuento de hadas tenía también su lado oscuro. La actriz recuerda cómo, en su infancia, fue acosada por los paparazzi. Relató un ejemplo de un viaje por Europa en 1996, cuando tenía solo siete años. Una simple visita al supermercado con su madre se convirtió en una pesadilla: una multitud intentó acercarse de manera agresiva a Melanie Griffith, creando una atmósfera peligrosa y violenta. En aquel entonces, la pequeña Dakota percibía estos incidentes como algo habitual; solo al crecer comprendió lo traumáticos y duros que fueron esos episodios y cuánto invadieron su vida privada.
Según la actriz, la sociedad es demasiado insistente y poco discreta al interesarse por la vida privada de las celebridades. Sin embargo, no niega las ventajas evidentes que le ha dado su origen. Gracias a su madre obtuvo su primer papel a los nueve años. Debutó en la película “Mujer sin reglas”, dirigida por Antonio Banderas. No obstante, pudo dedicarse plenamente a la actuación solo después de terminar la escuela.
Dakota sigue manteniendo una relación cálida y cercana con el actor español. También habla con gran agradecimiento de su madre. Melanie Griffith le enseñó a amar y aceptar su cuerpo, lo que le dio la confianza necesaria para lucirse con valentía y estilo en las alfombras rojas. Johnson destaca que el amor y el apoyo materno han sido un regalo invaluable, que fortaleció su autoestima y le ayudó a convertirse en una persona fuerte, capaz de superar cualquier dificultad.
