
Las autoridades de Andalucía han decidido cambiar la dirección del sistema sanitario de Sevilla tras un sonado escándalo relacionado con retrasos en la realización del cribado mamográfico. Manuel Molina, quien dirigía el hospital Virgen del Rocío desde 2019 y más tarde se convirtió en delegado territorial de Sanidad, ha sido destituido de su cargo. Su sucesora es Silvia Pozo, quien previamente ocupó un puesto en el ayuntamiento y es conocida por su trabajo con una asociación de mujeres que han superado el cáncer de mama.
La decisión de reemplazar al responsable se tomó en medio de numerosas quejas de pacientes y protestas del personal sanitario. En los últimos años se habían acumulado problemas en el hospital: falta de personal, recortes presupuestarios, saturación en los servicios y ausencia de diálogo entre la administración y los trabajadores. La situación fue especialmente grave en el área de mamografía, donde, según las autoridades, casi todos los fallos en el cribado se concentraron en este centro.
Molina, que llegó al hospital en 2019, se enfrentó a una oleada de descontento por parte de los sindicatos y de los pacientes. Los médicos señalaron que, debido a la reducción de plantilla y la falta de sustituciones durante vacaciones y bajas, la carga de trabajo para el personal se volvió insostenible. La presión aumentó ante los intentos de externalizar algunos servicios y los problemas de funcionamiento del hospital Militar, que no ha llegado a estar plenamente operativo desde su apertura en 2021.
Nueva dirección y expectativas de cambio
Silvia Pozo, quien hasta hace poco trabajaba en el ayuntamiento de Sevilla, es conocida por su activa implicación en el apoyo a mujeres que enfrentan el cáncer. Su nombramiento despierta expectativas de mejorar la comunicación entre las asociaciones de pacientes y el sistema de salud. En particular, mantuvo una estrecha colaboración con la asociación Amama, que fue la primera en denunciar retrasos en los cribados y en solicitar una reunión con la dirección regional.
Las asociaciones de pacientes han recibido la noticia de su nombramiento con un cauto optimismo. Por un lado, valoran la experiencia y el compromiso de Pozo, pero al mismo tiempo mantienen reservas tras los recientes intentos de las autoridades de minimizar la magnitud del problema. En los próximos meses deberá coordinarse con el sector profesional, recuperar la confianza de los pacientes y garantizar la transparencia en la resolución de los problemas pendientes.
Retos para el nuevo equipo
El cambio de dirección se ha convertido ya en el cuarto desde que comenzó la crisis. Anteriormente, dejaron sus cargos el titular de Sanidad regional, el responsable del área de Radiología y el coordinador de la unidad de mama. Las autoridades aseguran que estos relevos ayudarán no solo a superar las consecuencias del escándalo, sino también a prevenir situaciones similares en el futuro.
Mientras tanto, la salida de Pozo del ayuntamiento obligó al alcalde de Sevilla a realizar una nueva reestructuración en su equipo. Ella misma admite que la decisión no fue fácil, pero considera que, en este momento, su experiencia y conocimientos son especialmente necesarios en el sistema de salud regional.






