En Barcelona ha comenzado una nueva fase del programa municipal dirigido a devolver los espacios públicos a los residentes. En esta ocasión, las actividades lúdicas se trasladaron a zonas que en los últimos años habían sido ocupadas casi por completo por turistas. Se ha prestado especial atención a los alrededores de la Sagrada Familia y la plaza Real, donde los habitantes locales hace tiempo dejaron de pasar tiempo debido al constante flujo de visitantes.
En el marco de este proyecto piloto, los fines de semana se extiende césped artificial en estas plazas, se instalan estanterías con juegos de mesa, grandes mesas, bancos y también se colocan juguetes de madera de gran tamaño. Los organizadores señalan que el objetivo de la iniciativa no es desplazar a los turistas, sino crear condiciones para el uso compartido de los espacios urbanos, devolviéndolos así a la vida cotidiana de los ciudadanos.
El pasado fin de semana, en la plaza junto a la Sagrada Familia se reunieron familias con niños, jóvenes y personas mayores. La zona de juegos resultó popular entre distintas generaciones. Los residentes tendían a quedarse más tiempo, mientras que los turistas solían limitarse a una visita breve. Algunas familias, al probar este formato por primera vez, decidieron regresar e invitar a sus conocidos.
Al mismo tiempo, en la plaza Real se celebró un torneo de ajedrez rápido, organizado por adolescentes de los barrios cercanos. Este tipo de actividades forma parte de la estrategia para reducir la saturación turística y mejorar la calidad de vida en el centro de la ciudad.
El Ayuntamiento de Barcelona ha identificado cuatro líneas clave de trabajo en los barrios con alta afluencia: reducir la densidad de visitantes, fomentar el comercio local, mejorar la accesibilidad del transporte y apoyar los intereses de los residentes permanentes. El programa «Juguem a les places» funciona desde 2021 y abarca ya cincuenta puntos de la ciudad. Tras la pandemia, las autoridades priorizaron la recuperación de los espacios públicos para los ciudadanos, en contraste con el proceso de gentrificación.
Las autoridades señalan que para cada barrio se desarrollan soluciones individuales, aunque también se aplican proyectos urbanos ya consolidados. Tras los primeros fines de semana en las nuevas ubicaciones, participaron alrededor de 250 personas y los organizadores valoran el resultado como positivo. Se prevé que las zonas de juego funcionen en las rutas turísticas los fines de semana al menos hasta febrero.
El programa forma parte de una política integral del gobierno municipal orientada a armonizar los intereses de los residentes y los turistas. Las autoridades esperan que estas iniciativas ayuden a Barcelona a convertirse en un ejemplo de gestión eficaz del turismo masivo y de mejora del entorno urbano.
