
En la provincia de Cádiz ha comenzado una iniciativa única destinada a proteger los apiarios locales de la rápida expansión del avispón oriental (Vespa orientalis). Esta especie agresiva, que apareció en la región hace apenas unos años, ya ha causado graves daños a la apicultura en Andalucía. Agricultores locales y expertos en bioprotección han unido sus fuerzas para frenar la propagación de este insecto peligroso y preservar la producción de miel.
El proyecto se lleva a cabo en varias zonas clave: en la sierra de Cádiz, en La Janda y en la zona de Campo de Gibraltar. Allí, los especialistas evalúan el alcance de los daños, prueban diferentes métodos de captura y fomentan activamente la colaboración entre las autoridades y los apicultores. El objetivo principal es encontrar soluciones eficaces y ecológicas para combatir al avispón, sin perjudicar a otros polinizadores.
Recientemente, el avispón oriental ha sido reconocido oficialmente en España como una especie invasora que representa una grave amenaza para el ecosistema y la economía regional. Su presencia en Cádiz y Málaga se documentó en 2018 y, desde entonces, el insecto se ha propagado rápidamente a otras provincias: Sevilla, Jaén, Córdoba y, en parte, a Huelva y Granada. Este depredador, fácilmente identificable por su cuerpo rojizo con franjas amarillas, es capaz de destruir colmenas enteras, lo que provoca una drástica disminución en la producción de miel.
En Cádiz, en el marco del programa, se están probando activamente trampas selectivas con diferentes cebos. El objetivo es determinar cuáles son más eficaces para capturar exclusivamente a la avispa oriental, sin afectar a otros insectos. Este enfoque permite minimizar el impacto ambiental y mantener el equilibrio natural.
Amenaza para la apicultura y la biodiversidad
La avispa oriental ya está considerada como uno de los principales peligros para la apicultura mediterránea. Su agresividad y su capacidad para expandirse rápidamente amenazan no solo la producción de miel, sino también la supervivencia de muchas explotaciones apícolas. Como consecuencia, también se ve afectada la biodiversidad, ya que las abejas desempeñan un papel clave en la polinización de los cultivos agrícolas.
Los responsables del proyecto están convencidos de que solo un enfoque integral y una estrecha colaboración entre agricultores, científicos y autoridades lograrán frenar la expansión de esta plaga. A largo plazo, esto permitirá no solo proteger a las abejas locales, sino también fortalecer la seguridad alimentaria de la región y preservar los ecosistemas únicos de Andalucía.






