
En 2025, Athina Onassis, una de las herederas más conocidas y a la vez más enigmáticas del mundo, cumplió 40 años. Su vida, que comenzó el 29 de enero de 1985 en el exclusivo barrio de Neuilly-sur-Seine, a las afueras de París, estuvo marcada desde el principio por la tragedia y una inmensa fortuna. Cuando Athina tenía solo tres años, su madre Christina Onassis falleció repentinamente de un ataque al corazón en Argentina, dejando a su hija una herencia colosal y convirtiéndola en la multimillonaria más joven del planeta.
Tras la muerte de su madre, la niña se mudó a Suiza, al tranquilo pueblo de Lussy-sur-Morges. Allí fue criada por su padre, el empresario francés Thierry Roussel, quien para entonces ya había formado una nueva familia. Su esposa era la exmodelo sueca Gaby Landhage, con quien tuvo tres hijos: Erik, Sandrine y Johanna. Es curioso que Roussel llevó una doble vida, manteniendo su relación con Gaby incluso durante su matrimonio con Christina Onassis. A pesar de ello, intentó que Athina tuviera una infancia lo más normal posible, dadas sus circunstancias tan singulares. Los primeros años de la heredera transcurrieron entre los paisajes idílicos de Suiza y el sol de Ibiza, rodeada de sus medios hermanos.
Parecía que los juegos y aficiones compartidas debían unir a la familia, pero con los años, la relación de Athina con su padre y sus hijos empezó a deteriorarse. El principal motivo de conflicto fueron las cuestiones económicas. Las interminables batallas legales, iniciadas por Thierry Roussel para obtener el control de la fortuna de su hija, terminaron por romper completamente su vínculo. Al alcanzar la mayoría de edad, Athina recibió la primera parte de su herencia, y a los 21 años, el resto del dinero, sumando un total de unos 3.000 millones de euros. A los 17 años, cansada de las disputas familiares, se mudó a Bruselas para dedicarse a la equitación. Allí conoció al jinete brasileño Álvaro Alfonso de Miranda, conocido como “Doda”. Su matrimonio, celebrado cuando Athina tenía 20 años, no fue aprobado por su padre. Como protesta, incluso renunció al apellido Roussel y adoptó el doble apellido Onassis de Miranda. Esta unión terminó en 2017 debido a la infidelidad de su esposo.
Desde entonces, Athina lleva una vida extremadamente reservada. Ha encontrado consuelo en sus caballos y en un pequeño círculo de personas de confianza, entre quienes destacan reconocidas figuras como Marta Ortega, Jennifer Gates y Georgina Bloomberg. Evita deliberadamente la exposición pública, prefiriendo la tranquilidad de las cuadras a las fiestas de la alta sociedad.
Mientras tanto, sus hermanastros han construido sus propias carreras exitosas. Sandrine, que tiene la misma edad que Athena, ganó cierta notoriedad al convertirse en la madrina del cuarto hijo del príncipe Carlos Felipe y la princesa Sofia de Suecia. Mantiene una relación cercana con Athena y ha forjado una carrera en el mundo de la moda, liderando un departamento en una empresa dedicada a la sostenibilidad. Vive en Londres con su esposo e hijo, aunque sigue manteniendo lazos con la familia real sueca. Por su parte, Eric y Johanna gestionan el negocio familiar de los Russel en Ginebra. Su relación con Athena es distante, algo que se explica en parte por la diferencia de edad y la ausencia total de contacto con su padre en común.





