
En la noche del jueves al viernes, la situación con la migración ilegal volvió a agravarse en Ceuta. Dos menores cruzaron la frontera marítima aprovechando la densa niebla, lo que dificultó la labor de los servicios fronterizos. En las últimas semanas, el número de intentos similares ha aumentado notablemente, lo que genera una presión adicional sobre los servicios e infraestructuras locales.
En los últimos días, se registran casi a diario nuevos casos de cruces ilegales de la frontera en Ceuta. Solo en las últimas 24 horas, unas 15 personas acudieron voluntariamente a la policía para registrarse y pasar por el proceso de identificación. Las autoridades realizan las comprobaciones necesarias para determinar la edad y el estatus de los recién llegados.
La mayoría de los menores que llegan a la ciudad son alojados en centros de acogida temporal, que desde hace tiempo superan su capacidad permitida. Aunque la capacidad oficial es de 132 plazas, actualmente hay unos 480 niños y adolescentes en dichas instalaciones. Esta sobrecarga obliga a las autoridades locales a buscar opciones para trasladarlos a otras regiones del país.
La situación se complica por el hecho de que muchos migrantes intentan cruzar la frontera nadando, confiando en las condiciones meteorológicas y la escasa visibilidad. Sin embargo, no todos logran alcanzar la costa española. Los servicios marroquíes patrullan regularmente las aguas costeras, mientras que del lado español se emplea la policía marítima, la guardia costera y unidades especiales para evitar tragedias.
A pesar de las medidas adoptadas, los casos trágicos continúan ocurriendo. Esta semana fue hallado otro joven fallecido en la zona de Fuente-Caballo, cuya edad se estima entre 16 y 20 años. Desde principios de año, ya se han encontrado 19 cuerpos en aguas cercanas a Ceuta; todas las víctimas son jóvenes que intentaban llegar nadando a España.
El flujo migratorio no solo se produce por mar, sino también a través de la frontera terrestre. El departamento de asilo registra decenas de nuevas solicitudes cada día. Tras completar el proceso de registro, los adultos son trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, mientras que los menores son enviados a instituciones especializadas.
Las autoridades locales reconocen que los recursos para albergar a menores están prácticamente agotados. Por su parte, representantes del gobierno central afirman que la situación en el Centro de Estancia Temporal es menos tensa, aunque datos no oficiales indican que el número de residentes supera los 800, cuando la capacidad oficial ronda los 600.
Para aliviar la presión sobre la infraestructura, las autoridades organizan periódicamente traslados de migrantes a otras regiones de España. La última operación tuvo lugar la semana pasada, cuando 48 personas, en su mayoría procedentes de Argelia, Sudán y Guinea, fueron trasladadas a la península. Medidas similares se aplican también a los menores: a finales de julio, 27 niños de Marruecos fueron llevados a Andalucía en el marco de un acuerdo interregional.
Próximamente se prevén nuevas negociaciones entre las comunidades autónomas sobre la distribución de tres mil menores migrantes que han llegado a las Islas Canarias, Ceuta y Melilla. Las autoridades confían en que estas medidas ayuden a estabilizar la situación y reducir la presión sobre los servicios locales.
La crisis migratoria en Ceuta sigue siendo uno de los problemas más graves de la región. Las autoridades continúan buscando un equilibrio entre garantizar la seguridad, brindar apoyo humanitario y cumplir con los compromisos internacionales.






