Patas de un amarillo intenso y una franja naranja en el cuerpo: así es el visitante inesperado que en los últimos años ha transformado por completo la vida en Galicia. El avispón asiático, conocido como velutina, se ha extendido por toda la región en apenas una década, convirtiéndose en una auténtica pesadilla para los vecinos y apicultores. Solo en las dos últimas semanas, tres personas han muerto tras ser picadas, y el miedo a este insecto ha llegado incluso a las aldeas más remotas.
Este avispón es mucho más grande que las especies habituales en España. Se adapta fácilmente a diferentes entornos, construye sus nidos tanto en ciudades como en zonas rurales y no se detiene ante nada. En poco tiempo, el número de nidos localizados ha pasado de unos pocos a decenas de miles, y ahora pueden encontrarse prácticamente en cualquier rincón. Las personas que trabajan al aire libre son especialmente vulnerables, y precisamente en estos casos suelen producirse las tragedias.
Los apicultores pierden la mitad de sus colmenas
Pero quienes más sufren son los apicultores. Para el avispón asiático, las colmenas son un objetivo fácil. Cazan abejas y otros polinizadores, exterminando familias enteras de insectos. Algunos apicultores ya han perdido hasta la mitad de sus abejas, y los intentos de proteger las colmenas con trampas o barreras eléctricas solo ofrecen un alivio temporal. La magnitud de la plaga es tal que ni los métodos más modernos logran los resultados esperados.
Las autoridades de la región intentan frenar la expansión de los avispones instalando miles de trampas y destruyendo nidos. Solo en lo que va de año se han eliminado más de 16.000 nidos y el número de hembras capturadas se cuenta por cientos de miles. Sin embargo, los expertos advierten que estas medidas no siempre son efectivas, ya que las trampas también matan a otros insectos beneficiosos y, por ahora, no se logra erradicar completamente a los avispones.
Búsqueda de nuevas soluciones
Expertos plantean revisar la estrategia para combatir esta plaga. En vez de colocar trampas masivamente, recomiendan centrarse en la eliminación selectiva de nidos, especialmente en la época de reproducción. También se están considerando métodos innovadores, como el uso de cebos especiales que infectan a toda la colonia a través de ejemplares portadores. Sin embargo, estas ideas aún están en fase de prueba, mientras los avispones siguen extendiendo su territorio.
Los vecinos de Galicia deben extremar las precauciones, especialmente durante la temporada de mayor actividad de estos insectos. Cualquier descuido —como un contacto accidental con un nido mientras se trabaja en el campo— puede tener consecuencias graves. Aunque los avispones no atacan sin motivo, sus picaduras son peligrosas para personas alérgicas o en caso de múltiples picaduras. Los médicos aconsejan buscar ayuda inmediata ante una reacción fuerte.
Mientras la región busca métodos efectivos para protegerse, el avispón asiático sigue siendo uno de los principales problemas ecológicos y sociales de Galicia. Si no se encuentra una solución eficaz, la magnitud del problema podría seguir creciendo.
