
En España se ha abierto una nueva etapa en la lucha entre los consumidores y las grandes compañías energéticas. La historia comenzó en los años 90, cuando el ingeniero sevillano Antonio Moreno Alfaro se enfrentó a los cobros injustos por la electricidad. Gracias a sus esfuerzos, millones de personas en el país lograron ahorrar importantes sumas en sus facturas. Tras su fallecimiento, su hijo Pablo Moreno Gómez tomó el testigo, no solo manteniendo la lucha, sino también consiguiendo una importante victoria judicial.
Pablo, que anteriormente trabajó en Alemania, regresó a su país natal y decidió dedicarse a defender los intereses de los ciudadanos comunes. Se encontró con que muchas empresas seguían ignorando las reclamaciones de los clientes por errores en los cálculos, importes inflados y cargos incorrectos por el alquiler de contadores. En 2025, un tribunal de Sevilla emitió una sentencia que puede sentar precedente en todo el país: ahora, por cada reclamación ignorada, el consumidor tiene derecho a una compensación.
Victoria judicial y sus consecuencias
Durante el proceso se descubrió que Pablo había enviado nueve reclamaciones a una gran distribuidora regional de electricidad, todas ellas relacionadas con errores en las facturas de 2022. Entre las irregularidades figuraban el cobro por consumo estimado en vez de real, un precio incorrecto por el alquiler del contador y la emisión de facturas por periodos superiores a un mes. La empresa ignoró todas las reclamaciones, lo que llevó a la demanda judicial.
El juez ordenó que se pague a Pablo 270,45 euros — a razón de 30 euros por cada reclamación sin respuesta, tal como establece la legislación vigente. Además, la empresa eléctrica deberá asumir todos los costes judiciales. Este fallo podría afectar hasta a 30 millones de hogares en toda España, ya que la mayoría tiene tarifas estándar y una potencia contratada de hasta 15 kW.
Nueva ola de lucha por los derechos de los consumidores
Pablo no se conformó con su victoria personal. Continúa asesorando tanto a particulares como a ayuntamientos, ayudándoles a conseguir justicia en sus conflictos con las compañías eléctricas. Recientemente, ayudó al Ayuntamiento de Aracena (Huelva) a revisar las facturas del alumbrado público. Pablo sólo cobra si gana el caso, lo que lo hace especialmente solicitado entre quienes no quieren arriesgar su propio dinero.
La familia Moreno se ha convertido en un símbolo de la lucha contra los monopolios y la burocracia en el sector energético. Su perseverancia y profesionalismo ya han cambiado las reglas del juego para millones de españoles. Ahora, cualquiera tiene la oportunidad de recibir una compensación por el silencio de las empresas y exigir una respuesta justa a sus reclamaciones.





