
En la sala del tribunal de Valladolid continúa un mediático juicio por presuntas irregularidades en la concesión de licencias para parques eólicos en Castilla y León. En el banquillo de los acusados se encuentran ex altos cargos y empresarios, imputados por varios delitos graves, entre ellos soborno, blanqueo de capitales y abuso de poder.
En el centro del caso está el exviceconsejero de Economía de la región, Rafael Delgado. Según la Fiscalía, él sería el principal artífice de una trama que favorecía a empresas afines otorgándoles lucrativos contratos para el desarrollo eólico. La investigación sostiene que, entre 2003 y 2011, los funcionarios crearon un sistema donde los grandes inversores debían asociarse con socios locales para obtener permisos de construcción; de lo contrario, los proyectos eran bloqueados o quedaban en espera indefinida.
Uno de los empresarios afectados, Gregorio Álvarez, dueño de una importante compañía en el sector de energías renovables, declaró ante el tribunal que se enfrentó a exigencias inesperadas. Para poder acceder al reparto de potencia, tuvo que encontrar un socio local, algo que antes no era necesario. Según su testimonio, tras el cambio de dirección en el organismo regulador, el proceso de concesión se volvió opaco y dependía de acuerdos informales.
Presión y flujos financieros en el punto de mira
La acusación sostiene que los funcionarios no solo controlaban la asignación de permisos, sino que también recibían importantes sumas a cambio. En el sumario se incluyen datos sobre ingresos y bienes desproporcionados, que no pueden explicarse por sus salarios oficiales. Las empresas locales que obtuvieron participación en los proyectos posteriormente revendieron sus paquetes de acciones a precios inflados, obteniendo ganancias multimillonarias.
Los inversores afectados afirman que fueron obligados a ceder parte del negocio bajo la amenaza de no recibir aprobación. Como consecuencia, muchos grandes proyectos quedaron paralizados o sufrieron retrasos, y algunos empresarios optaron por retirarse del mercado regional e invertir en otros países.
Larga investigación y nuevos detalles
La investigación de este caso comenzó ya en 2015, pero el proceso judicial no arrancó hasta 2021. Durante este tiempo se recopilaron decenas de volúmenes de documentos y se interrogó a numerosos testigos. En las audiencias siguen saliendo a la luz nuevos detalles: por ejemplo, se descubrió que hasta 2003 la tramitación de documentos transcurría sin mayores dificultades, pero después de varios cambios de personal en el área económica aparecieron obstáculos artificiales y nuevas exigencias.
El juicio sobre el caso de la energía eólica se desarrolla en paralelo con otros procesos por corrupción en la región. El propio Rafael Delgado ya fue condenado en otro expediente relacionado con desvíos de fondos en grandes proyectos de infraestructuras. Ahora se enfrenta a una posible condena de hasta 42 años de prisión y multas millonarias.
Impacto en el clima empresarial y perspectivas
Expertos señalan que este tipo de escándalos minan la confianza de los inversores en la región y frenan el desarrollo de las energías renovables. Muchos actores del sector confían en que las decisiones finales de los tribunales ayuden a limpiar la industria de esquemas corruptos y devuelvan la transparencia al proceso de asignación de recursos públicos.






