En España ha resurgido el debate sobre el acceso al aborto. Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, ha presentado una propuesta inesperada: plantea crear una lista específica de médicos dispuestos a realizar interrupciones voluntarias del embarazo. Al mismo tiempo, el político insiste en eliminar el registro actual de sanitarios que rechazan este tipo de procedimientos por motivos de conciencia.
Esta medida surge como respuesta a la polémica en torno a la reforma de la Constitución, que busca garantizar el derecho al aborto. Mientras el gobierno central prepara los cambios, en Madrid y otras regiones se intensifican los conflictos internos. Por ejemplo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se negó a implantar el registro obligatorio previsto por la ley de 2023. En otras zonas, como Aragón y las Islas Baleares, las autoridades aceptaron la creación de dicha lista.
Feijóo considera que para las mujeres es más importante saber qué médicos están dispuestos a ayudarlas que conocer quiénes se niegan. Según él, el enfoque actual sólo dificulta el acceso a la atención médica. Además, acusó al gobierno de Pedro Sánchez de usar el tema del aborto para desviar la atención de los casos de corrupción y lanzar ataques políticos contra la oposición.
Dentro del propio Partido Popular no hay unanimidad sobre este asunto. Las recientes declaraciones del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y el rechazo de Ayuso a crear un registro solo han aumentado las discrepancias. Al mismo tiempo, Feijóo se opone a incluir el derecho al aborto en la Constitución, argumentando que no constituye un derecho fundamental. Recordó que incluso Marine Le Pen en Francia apoyó una iniciativa similar, a diferencia de la derecha española.
En las últimas semanas, la tensión entre el Partido Popular y Vox no ha hecho más que crecer. Feijóo utiliza el tema del aborto para criticar al líder de Vox, Santiago Abascal, acusándolo de una política destructiva y de intentar equiparar su partido con fuerzas radicales. Tras los hechos del 12 de octubre, cuando Abascal ignoró los actos oficiales, Feijóo subrayó que otros representantes de Vox sí participaron, insinuando divisiones internas en el partido de ultraderecha.
En definitiva, la cuestión del registro de médicos y el derecho al aborto se ha convertido no solo en un asunto médico, sino también en un marcador político que divide a la sociedad y las élites españolas. El debate sigue abierto y, por ahora, ninguna de las partes está dispuesta a ceder.
