
Las confesiones de la «reina de corazones», Isabel Preysler, plasmadas en sus memorias, han causado un verdadero revuelo en la sociedad. El libro no solo se ha colocado en la cima de las listas de bestsellers, sino que también ha desatado un intenso debate público, reafirmando el inagotable interés por la vida de la exesposa de Julio Iglesias y viuda de Miguel Boyer. Entre las múltiples historias personales, destaca especialmente la dedicada a su madre, Betty Arrastia, y a la compleja etapa que vivieron en su relación.
Isabel siempre mantuvo una relación muy cercana con su madre. Betty fue su pilar y ejemplo en todo, y su casa, situada en la prestigiosa zona madrileña de Puerta de Hierro, representaba el verdadero núcleo familiar. La muerte de Betty fue una gran pérdida para toda la familia. Especialmente lo sintió su nieta, Tamara Falcó, que compartía con su abuela una profunda fe religiosa.
Precisamente, las firmes convicciones religiosas de Betty Arrastia fueron el detonante que provocó dos años de distanciamiento entre madre e hija. Tras haber sufrido la trágica pérdida de tres de sus hijos, Betty encontraba consuelo en la fe. Sentía un profundo cariño por su yerno, Julio Iglesias, y hasta el final mantuvo la esperanza de que el matrimonio de su hija no terminaría. Sin embargo, el creciente distanciamiento en la pareja y las repetidas infidelidades del cantante hicieron inevitable la ruptura, algo que su suegra nunca pudo aceptar.
Otro factor que agravó la división fue el procedimiento de anulación del matrimonio. Que el proceso se iniciara y finalizara en Estados Unidos, y no en Roma, hizo que, a ojos de Betty Arrastia, careciera de valor y legitimidad. Esta discrepancia creó una verdadera brecha entre ellas.
El conflicto se intensificó tanto que Isabel temía seriamente que su madre no acudiera a su boda con Carlos Falcó, marqués de Griñón. Por suerte, la intervención de familiares y el sentido común prevalecieron, y Betty estuvo presente en la celebración, compartiendo la felicidad de su hija. Betty Arrastia falleció el 22 de agosto de 2021 a los 98 años. Su muerte, en su domicilio de Madrid en Puerta de Hierro, supuso un duro golpe para sus seres queridos. Incluso su nieto Enrique Iglesias, quien normalmente evita los compromisos familiares, viajó desde Estados Unidos para despedirse de una mujer que tuvo un papel fundamental en su vida.






