Al regresar de Egipto, donde recientemente se celebró una cumbre de líderes sobre la paz, Pedro Sánchez dejó claro de inmediato: España no tiene intención de apartarse de su compromiso con exigir responsabilidades a los culpables de la tragedia en Gaza. Él califica abiertamente lo que ocurre como genocidio, algo muy poco habitual entre los líderes europeos. A pesar de utilizar un tono más moderado hacia Estados Unidos, Sánchez mantiene una postura firme respecto al gobierno israelí. En su opinión, la paz es imposible sin justicia y sin castigar a los responsables, y los procesos judiciales internacionales deben seguir su curso.
Sánchez está convencido de que ha llegado el momento para que Europa y España desempeñen un papel clave en la reconstrucción de la región y en el impulso de la solución de dos Estados. No descarta que militares españoles puedan participar en futuras misiones de paz, aunque los detalles aún no se han revelado. Según sus palabras, España busca participar activamente en la reconstrucción y el mantenimiento de la paz, y el embargo de armas a Israel seguirá vigente.
Aunque en la cumbre de Sharm el Sheij España no estuvo en el centro de atención, Sánchez recordó su decisión de reconocer a Palestina hace ya un año y medio, adelantándose a otros líderes europeos. Destacó que la participación de la Autoridad Nacional Palestina en las negociaciones fue fundamental, y que el aporte de España al reconocimiento de Palestina recibió el respaldo de la ONU, de países árabes e incluso de Estados Unidos. Junto a Noruega e Irlanda, España fue uno de los primeros países en abrir el camino hacia el reconocimiento internacional de Palestina.
Durante la entrevista, Sánchez también abordó las relaciones con Estados Unidos, señalando que, a pesar de las diferencias con Donald Trump, el diálogo entre ambos países sigue siendo constructivo. Recordó que se ha alcanzado el objetivo de gasto en defensa y subrayó que España mantiene su compromiso con la OTAN, sin olvidar la importancia de la política social interna. Sánchez no oculta que el actual gobierno es estable y tiene la intención de agotar la legislatura, incluso si no se logra aprobar un nuevo presupuesto. Según él, los planes financieros actuales son eficaces y el país muestra un sólido crecimiento económico.
Las cuestiones de política interna tampoco pasaron desapercibidas. Sánchez manifestó tranquilidad respecto a la investigación sobre exmiembros de su partido, resaltando la transparencia de las operaciones financieras y la ausencia de irregularidades. Subrayó que en el PSOE no hay cabida para la corrupción ni para comportamientos sexistas, y ofreció disculpas a las mujeres por las acciones inaceptables de algunos compañeros de partido.
El presidente del Gobierno reafirmó su intención de presentarse a las elecciones en 2027 y puso especial énfasis en la cuestión migratoria. Destacó que, durante su gestión, España ha sumado dos millones de nuevos habitantes, lo que ha contribuido a reducir el desempleo y a fortalecer la economía. Sánchez considera que los desafíos demográficos de España no pueden resolverse sin una política migratoria bien planificada, y advirtió sobre el peligro de demonizar a los migrantes, calificando tales discursos de peligrosos para el futuro del país.
Finalmente, Sánchez evitó comentar la concesión del Premio Nobel a la líder opositora venezolana María Corina Machado, y se limitó a expresar respeto por su labor y su esperanza en la estabilización de la situación en Venezuela.
