
Por primera vez en la historia, la ciudad autónoma de Melilla se prepara para recibir a representantes de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN. La visita está programada para finales de septiembre y ya genera preocupación en el gobierno español, que procura no tensar las relaciones con Marruecos. Aunque Melilla no está oficialmente bajo la protección de la Alianza Atlántica, una delegación de dieciséis países miembros llegará a la ciudad.
El impulsor del viaje es el senador de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, recientemente nombrado vicepresidente de la asamblea. Además, lidera el grupo encargado de asuntos del Mediterráneo y Oriente Medio. Junto a él viajarán a Melilla miembros del subcomité de seguridad civil y resiliencia. La visita está prevista para los días 26 y 27 de septiembre.
Las autoridades españolas no ocultan su incomodidad: Madrid teme que la llegada de una delegación tan representativa provoque el malestar de Rabat, que tradicionalmente considera Melilla un «territorio ocupado». En los últimos años, el gobierno de España ha hecho varios esfuerzos para no provocar a Marruecos. Por ejemplo, en septiembre se canceló la celebración del centenario del desembarco en Alhucemas, que fue clave para poner fin a la guerra del Rif. Por la misma razón, la pareja real aún no ha visitado Melilla ni Ceuta.
Sin embargo, la organización de la visita involucra a cuatro ministerios: Asuntos Exteriores, Defensa, Interior y Política Social. En la agenda figura el debate de medidas para contener la migración irregular desde el norte de África y cuestiones de seguridad en Melilla y Ceuta. Los delegados se reunirán con los jefes de la policía local, la guardia civil y la guarnición militar, además de conocer el trabajo del ejército español en la ciudad. Está previsto un recorrido por el equipamiento militar y ejercicios en el campo de entrenamiento de Rostrogordo.
Curiosamente, no se contempla la visita a la valla fronteriza con Marruecos, pero la delegación sí acudirá al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. Esto les permitirá evaluar la presión migratoria, que en los últimos años en Melilla es notablemente inferior a la de Ceuta. Actualmente, el mayor flujo de migrantes irregulares se dirige a Ceuta, aunque los parlamentarios no viajarán allí.
Aún no está claro si la iniciativa del senador Gutiérrez Díaz de Otazu desencadenará una nueva escalada de tensiones entre España y Marruecos. Sin embargo, ya es evidente que Rabat difícilmente permanecerá indiferente ante las acciones del representante del Partido Popular, que gobierna ambas autonomías. En julio, las autoridades marroquíes ya manifestaron su descontento cerrando temporalmente los recién inaugurados pasos aduaneros en la frontera con Melilla y Ceuta. Se espera que vuelvan a estar operativos después de finalizar la operación «Paso del Estrecho».
Cabe recordar que la defensa colectiva de la OTAN según el artículo 5 del Tratado de Washington no se extiende a Melilla y Ceuta. El artículo 4 permite la celebración de consultas en caso de amenaza, pero no garantiza el apoyo automático. En la cumbre de Madrid de 2022 se debatió la posibilidad de una interpretación más flexible de estas disposiciones, aunque no se tomaron decisiones concretas.





