
En el Senado español se intensifica una nueva etapa de confrontación política. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, anunció su intención de convocar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a comparecer ante la comisión que investiga el caso Koldo. Esta decisión se hizo pública durante un acalorado debate en el Congreso, donde Feijóo expresó abiertamente su descontento ante la reacción del jefe del Ejecutivo frente a los escándalos de corrupción vinculados a los socialistas.
Feijóo dio a entender que considera que el actual presidente no merece el cargo que ocupa y subrayó que Sánchez tendrá que presentarse personalmente en el Senado ya en otoño. Hasta ahora, la comisión creada a iniciativa de la oposición no había invitado a Sánchez, temiendo que su aparición pudiera beneficiarle. Sin embargo, ante la creciente competencia con Vox y las encuestas desfavorables, el Partido Popular ha decidido cambiar de estrategia.
En respuesta a las acusaciones de Feijóo, Sánchez intentó trasladar el foco a los problemas en las regiones gobernadas por la oposición. Recordó los fallos en el sistema sanitario, especialmente en Andalucía, y señaló el bajo porcentaje de abortos realizados en las clínicas públicas de Madrid. El presidente también afirmó que su Gobierno defiende los intereses de la ciudadanía, mientras que, a su juicio, sus adversarios solo se preocupan por los sectores privilegiados.
La discusión pronto se convirtió en un intercambio de reproches mutuos. Feijóo puso el foco en los nuevos detalles del caso Ábalos, donde aparecen sospechas de sobornos y grandes sumas de dinero en efectivo. Expresó su convicción de que cualquier dirigente honesto ya habría exigido explicaciones sobre estos asuntos dentro de su propio partido. Sánchez, por su parte, se remitió a las conclusiones de la Guardia Civil, que no encontró indicios de financiación ilegal de los socialistas, y aconsejó a su rival elegir mejor sus batallas políticas.
Finalmente, tras una serie de acusaciones e intentos de lanzarse pullas, Sánchez se limitó a dedicarle a Feijóo un breve deseo: «Dale duro, Alberto». Esta escueta frase se convirtió en el epílogo simbólico de un tenso diálogo que, a juzgar por el interés generado, solo incrementó la expectación de cara a las próximas comparecencias en el Senado.
La comisión sobre el caso Koldo se creó en febrero del año pasado, pero hasta ahora no ha conseguido esclarecer todos los detalles del escándalo. Ahora que Sánchez deberá dar explicaciones en persona, la intriga política en torno a la investigación entra en una nueva fase. En los pasillos del Parlamento ya se debate cómo esto podría afectar al equilibrio de fuerzas de cara a las próximas elecciones y si el Partido Popular podrá aprovechar la ocasión para reforzar su posición.
La sesión concluyó con una serie de acusaciones mutuas entre representantes de ambos partidos. Los ministros socialistas intentaron vincular a la oposición con los radicales de Vox y recordaron los recortes realizados por gobiernos anteriores. Al mismo tiempo, los diputados del Partido Popular aprovecharon la ocasión para mencionar nuevamente los casos de corrupción relacionados con los socialistas y compararlos con la actual política del gabinete de Sánchez.




