
Un conflicto laboral ha estallado en la planta industrial de El Prat de Llobregat: los empleados de la fábrica Archroma, especializada en productos químicos para la industria papelera y de embalajes, han iniciado una huelga. Reclaman por las precarias condiciones laborales y la falta de medidas básicas de seguridad. Los trabajadores, que diariamente se enfrentan a reacciones peligrosas y altas temperaturas, temen que la demora en renovar la maquinaria pueda terminar en una tragedia.
La fábrica, propiedad del fondo de inversión estadounidense SK Capital, lleva años recortando gastos en mantenimiento y modernización. Los empleados señalan que se ven obligados a reparar máquinas antiguas, desmontando unas para arreglar otras, y los equipos de protección están completamente obsoletos. Tras la pandemia, la situación se agravó: los recortes llegaron incluso a los materiales de protección personal más básicos.
En los últimos meses, las averías y accidentes en la planta se han vuelto cada vez más frecuentes. El techo de algunas naves se está desmoronando y los fallos técnicos ya son parte del día a día. Los trabajadores denuncian que, tras los despidos, la carga sobre los que quedan ha aumentado: turnos completos operan ahora con menos personal que antes. Esto no solo reduce la productividad, sino que también eleva el riesgo de errores y accidentes.
Aumento de los accidentes laborales y la respuesta de las autoridades
La situación en la planta de Archroma refleja una tendencia general en toda Cataluña y España: en el último año, el número de accidentes mortales laborales ha aumentado más de un 40%. Según las estadísticas europeas, el país supera la media de la UE en cuanto a fallecimientos en el trabajo. Solo en Cataluña, en los primeros ocho meses del año, se han registrado 56 tragedias en el sector industrial.
Las autoridades regionales intentan reaccionar: se debate la creación de una inspección especial para vigilar a las pequeñas y medianas empresas donde no hay representantes sindicales. Sin embargo, las negociaciones con los empresarios están estancadas y, por ahora, no hay soluciones concretas.
Promesas de inversión y realidad
Hace menos de un año, la dirección de Archroma anunció planes para invertir 20 millones de euros en el desarrollo de la producción y el refuerzo de la seguridad, así como en la contratación de nuevo personal. Sin embargo, en ese mismo periodo, la plantilla se ha reducido en varias decenas de personas. Los trabajadores creen que la empresa está preparando la venta de la planta, y por eso minimiza los gastos en todo lo que no sea el mantenimiento de la operativa actual.
A pesar de manifestar su disposición al diálogo, la plantilla sigue firme en sus demandas. El apoyo al paro procede sobre todo de quienes trabajan directamente en la fábrica y se enfrentan cada día a situaciones de riesgo. Por ahora, la situación continúa tensa y el futuro de la planta y sus empleados sigue siendo incierto.






