
En España estalla un escándalo judicial relacionado con la actividad de una empresa de seguridad privada que garantizaba la protección en la embajada de Ecuador en Londres. Al director de la firma se le acusa de organizar una vigilancia masiva sobre Julian Assange y sus visitantes, entre los que se encontraban reconocidos políticos y abogados.
Un juez de la Audiencia Nacional en Madrid decidió remitir el caso a juicio, donde se examinarán las acusaciones contra David Morales Guillén, director de la empresa Undercover Global (UC Global). La investigación sostiene que no solo organizó la instalación de cámaras que grababan tanto video como audio, sino que también transmitía el material obtenido a terceros, incluidos, según se afirma, “amigos de EE.UU.”. Entre los visitantes cuyas conversaciones pudieron ser grabadas, figuran expresidentes de varios países latinoamericanos, así como políticos españoles y abogados de Assange.
La empresa UC Global, con sede en Andalucía, obtuvo el contrato para proteger la embajada en un momento en que la situación en torno al asilo de Assange era especialmente delicada. El personal de la compañía mantenía vigilancia las 24 horas, y en 2017, por orden de la dirección, se instalaron nuevas cámaras capaces de grabar audio. Al mismo tiempo, se aseguraba a abogados e invitados que no se realizaban grabaciones de sonido, aunque en realidad ocurría lo contrario.
La investigación también reveló que Morales, a través de complejos esquemas y mediadores, transfería regularmente grandes sumas a funcionarios ecuatorianos para mantener un contrato lucrativo. En el caso también aparece otro empleado de UC Global, Michel Vallemac, acusado de participar en la recopilación y transmisión de información secreta. El tribunal concedió a las partes diez días para preparar los escritos de acusación o las solicitudes de archivo del caso. Si las apelaciones son rechazadas, el proceso pasará a la fase de juicio público.






