
En la vida política de Castilla-La Mancha surge un nuevo conflicto: Vox ha lanzado una oleada de críticas contra el Partido Popular (PP) y los socialistas (PSOE) por sus planes conjuntos para modificar el Estatuto de Autonomía. El centro del debate es la propuesta de aumentar el número máximo de diputados en el parlamento regional de los 33 actuales a 55, además de endurecer las reglas para cualquier cambio en la legislación electoral.
Vox, que anteriormente formó coalición con el PP en varias comunidades autónomas, ahora acusa a ambos partidos de actuar en connivencia y de ignorar los intereses de los votantes. Según los representantes de la formación ultraderechista, estas medidas solo sirven para fortalecer a las dos fuerzas políticas mayoritarias, impidiendo la entrada de opciones alternativas. Desde Vox consideran que incrementar el número de diputados no está justificado por motivos demográficos y solo traerá consigo un aumento en el gasto de mantenimiento del parlamento.
Por su parte, los defensores de la reforma del PP y el PSOE sostienen que ajustar el número de escaños es necesario para garantizar una representación más equitativa de los habitantes de la región. Apuntan que en otras comunidades autónomas con menos población, los parlamentos son mucho más numerosos. Por ejemplo, Asturias cuenta con 45 diputados y Castilla y León con 81. Las nuevas normas también establecen que cualquier modificación del sistema electoral requerirá ahora el apoyo de al menos tres quintas partes de los diputados, lo que en la práctica imposibilita tomar decisiones sin el respaldo de ambos grandes partidos.
Consecuencias políticas y nuevos desafíos
La reforma no solo afecta al número de parlamentarios. El documento establece garantías para la conservación y el desarrollo de los servicios públicos, así como medidas para combatir la despoblación de pequeños municipios. Además, introduce límites a la inmunidad de diputados y miembros del gobierno, y permite emitir decretos con rango de ley.
Vox aprovecha la situación para aumentar la presión sobre el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ya atraviesa dificultades tras la salida de Carlos Mazón de la dirección de la Comunidad Valenciana. El partido busca mostrar que PP y PSOE actúan como un solo bloque, a pesar de sus desacuerdos públicos. Los vídeos y las intervenciones de los diputados de Vox en Castilla-La Mancha subrayan, a su juicio, que no hay diferencias de fondo entre socialistas y populares.
Las divisiones internas y el futuro de la región
Dentro del propio PP crecen las tensiones: parte de sus miembros teme que las concesiones al PSOE puedan hacerles perder apoyo entre el electorado conservador. Vox, por su parte, busca obtener el mayor rédito político, presentándose como la única fuerza capaz de hacer frente al “pacto” de los dos grandes partidos. En las próximas semanas se espera la votación de la reforma en el Congreso y, todo indica, la iniciativa será aprobada. Esto podría marcar el comienzo de una nueva etapa de lucha política en Castilla-La Mancha y alterar el equilibrio de fuerzas en otras regiones de España.






