
En pleno corazón de la comarca catalana del Alt Empordà se encuentra una de las rutas ciclistas más impresionantes de la región. Este circuito de 74 kilómetros, diseñado para bicicletas de gravel y de montaña, ofrece una combinación única de desafío deportivo e inmersión en la naturaleza. Los viajeros podrán descubrir antiguas masías, viñedos sin fin y paisajes pintorescos que permiten experimentar el auténtico espíritu de la zona.
El punto de inicio y final de la ruta es Vilabertran, una pequeña localidad cerca de Figueres, rodeada de campos y granjas. Los primeros 15 kilómetros transcurren por un agradable tramo de vía verde junto al río Muga (Vía Verde de la Muga). Esta sección, relativamente llana, es ideal para calentar antes de afrontar los tramos más exigentes del recorrido, que requerirán resistencia y concentración.
A continuación, el recorrido se dirige hacia Darnius, bordeando el pantano de Darnius-Boadella (pantano de Darnius-Boadella). Este embalse artificial, creado en 1969, no solo abastece de agua a Figueres y a las zonas agrícolas cercanas, sino que también es un lugar popular para el ocio, los deportes acuáticos y las caminatas. Se recomienda rellenar las botellas de agua aquí, ya que en adelante los puntos de agua potable son escasos.
A medida que se gana altitud, el sendero se vuelve cada vez más exigente, poniendo a prueba tanto la condición física como las habilidades técnicas de los ciclistas. Tras atravesar Cantallops, comienza la subida más larga y complicada, que finaliza junto a los muros del Castillo de Requesens. Esta fortaleza medieval, situada en el macizo de la Albera, está rodeada de dólmenes y otros monumentos prehistóricos. Las vistas desde este punto se consideran la principal recompensa por el esfuerzo realizado.
Desde lo alto del castillo se disfruta de una panorámica espectacular de las montañas y la llanura del Empordà. Tras un merecido descanso, comienza un rápido y prolongado descenso por rutas bien acondicionadas. El tramo final del recorrido pasa por Peralada, donde las carreteras secundarias dan paso a tranquilas pistas de grava. Esta parte sosegada invita a disfrutar del silencio y la belleza natural antes de regresar a Vilabertran.
La ruta está clasificada como difícil, con un desnivel acumulado de 980 metros. Los ciclistas experimentados suelen completarla en unas 3 horas y 40 minutos de media. La combinación de esfuerzo físico, interés histórico y paisajes naturales convierte este recorrido en una opción cada vez más popular para quienes buscan algo más que un simple paseo en bicicleta: una auténtica aventura.





